El tiroteo en Charleston (Carolina del Sur) reavivó el debate sobre un símbolo que divide a Estados Unidos desde su guerra civil: la bandera confederada, historia e identidad para unos y emblema racista para otros.
La controvertida bandera de los estados secesionistas ondea en el Capitolio de Carolina del Sur desde 1962, izada al calor del resurgir que vivió como símbolo político a partir de los años de 1950 en pleno movimiento por los derechos civiles.
Hoy, cinco días después de la matanza de nueve personas en una histórica iglesia de la comunidad negra, su presencia en el parlamento estatal irrita, indigna y ofende a numerosas personas.
Centenares de ciudadanos marcharon el sábado en Charleston y en la capital del estado, Columbia, para pedir a la gobernadora, la republicana Nikki Haley, que retire la bandera del capitolio local, un debate que los legisladores no abordarán hasta que haya pasado el tiempo de duelo tras el suceso.
Hace 15 años, una protesta de 46 mil personas en Columbia logró que la polémica bandera dejara de presidir la cúpula del congreso y fuera trasladada a los jardines del edificio, cerca de un monumento a la lucha de los estados secesionistas del sur en la guerra civil de Estados Unidos (1861-1865).
El autor confeso de la masacre de Charleston, el joven blanco Dylan Roof, de 21 años, fue detenido en un coche que llevaba una matrícula con la bandera confederada y trascendieron fotografías en las que posaba con la bandera.
La bandera confederada fue la única del capitolio de Carolina del Sur que no se colocó a media asta tras la matanza del miércoles 17, en claro contraste con las enseñas federal y estatal erigidas en la cúpula del parlamento.
Estas imágenes "duelen" a los centenares de personas que salieron a las calles para pedir que el estado emule a otros vecinos del sur y retire la enseña del congreso local.
Uno de esos estados fue Florida, bajo el mandato del gobernador Jeb Bush, que ahora, como aspirante a la Casa Blanca en 2016 y al igual que todos sus competidores republicanos, se ha pronunciado con extrema cautela para no enfadar al electorado conservador blanco del sur.
"Nosotros actuamos en Florida trasladando la bandera al museo donde pertenece. Después de un periodo de duelo, habrá un debate entre los líderes estatales sobre cómo debe proceder Carolina del Sur y estoy seguro de que el estado hará lo correcto", dijo Bush en un comunicado.
El único líder republicano de perfil alto que se posicionó de manera rotunda contra la bandera fue el candidato conservador a la presidencia en 2012, Mitt Romney.
"Retiren la bandera confederada del capitolio de Carolina del Sur. Para muchos, es un símbolo de odio racial. Retírenla en honor de las víctimas de Charleston", escribió ayer en Twitter. Su comentario fue apoyado por el presidente Obama, quien le respondió a con otro tuit: "Buen punto, Mitt".