Los senadores Marco Rubio y Ted Cruz dominaron el quinto debate de los aspirantes republicanos a la Casa Blanca en 2016, en el que el ex gobernador Jeb Bush recobró brío con un ataque al magnate Donald Trump, afirmaron hoy los analistas en EU.
Los nueve precandidatos a la nominación presidencial republicana mejor situados en las encuestas, lideradas por Trump, se vieron las caras ayer en Las Vegas (Nevada) en su último debate de 2015, que emitió la cadena CNN en horario de máxima audiencia.
A falta aún de sondeos sobre esa pugna dialéctica, la mayoría de los medios y comentaristas políticos colocó hoy en sus listas de ganadores a Rubio y Cruz, ambos de origen cubano, así como al ex gobernador de Florida Jeb Bush, hijo y hermano de presidentes.
Vestidos ambos con traje azul marino, camisa blanca y corbata roja, al igual que la mayoría de sus contrincantes en el estrado, Rubio y Cruz discreparon arduamente sobre cuestiones de seguridad nacional e inmigración, y acapararon la atención durante una parte significativa de las más de dos horas que duró el debate.
"Los dos senadores han subido en las últimas encuestas -Cruz mucho más que Rubio- y cada uno pareció mantener ese impulso" en el careo televisivo, señaló Niall Stanage, del diario especializado en información política The Hill.
En las encuestas nacionales al electorado republicano, Cruz y Rubio ocupan la segunda y la tercera posición, respectivamente, por detrás de Donald Trump, según la web Real Clear Politics, que calcula la media de las sondeos publicados hasta la fecha.
Mike Alle, del diario Politico, llegó incluso a describir a Rubio como "el Barack Obama de 2008", en referencia a la primera campaña electoral que llevó al poder al actual presidente demócrata de EU, al subrayar sus dotes de "comunicador con talento" y su habilidad para "estar a la altura de los grandes momentos".
Otro de los ganadores de la contienda televisiva republicana fue Jeb Bush, quien partía hace meses como gran favorito para la nominación del partido de cara a las elecciones presidenciales de 2016, pero se ha desinflado de manera estrepitosa en las encuestas.
En Las Vegas, Bush emergió como un ave fénix y se atrevió con Trump, a quien colgó el cartel de "candidato del caos" por proponer recientemente el veto temporal a la entrada de musulmanes en Estados Unidos como respuesta a la amenaza del terrorismo yihadista.
"Donald es muy bueno con los titulares, pero es el candidato del caos. Y sería el presidente del caos", espetó el ex gobernador al cariacontecido magnate inmobiliario.
Visiblemente tenso, Trump achacó a su adversario haber "fracasado en su campaña, que es un desastre", a la luz de sus malos resultados en las encuestas, en las que ocupa la quinta posición a casi treinta puntos porcentuales del magnate, según Real Clear Politics.
A juicio de Chris Cillizza, del diario The Washington Post, Bush "finalmente" mostró "espíritu y lucha" en un debate republicano, al abandonar el tono poco convincente exhibido en careos anteriores y pasar al ataque.
El fuego cruzado entre ambos aspirantes continuó hoy en la red social Twitter, en la que Trump escribió que Bush "tuvo una noche dura en el debate", mientras la campaña del ex gobernador insistió en que el multimillonario es un candidato "caótico y equivocado".
Con todo, el magnate, que se mueve mejor en sus mítines multitudinarios que en los debates marcados por la confrontación de ideas, no salió malparado del careo, de acuerdo con los expertos.
Entre los grandes perdedores de la noche destaca el neurocirujano retirado Ben Carson, quien volvió a exhibir sus carencias en materia de política exterior y seguridad nacional.
"Una y otra vez, cuando se le pregunta por política exterior y seguridad nacional, Carson dice muchas palabras, pero muy pocas tienen sentido juntas", dijo Cillizza sobre el neurocirujano, que ha perdido paulatinamente terreno en los sondeos en las últimas semanas y se sitúa en el cuarto puesto, según Real Clear Politics.
La única mujer presente en el debate, la ex consejera delegada de Hewlett Packard (HP) Carly Fiorina, fue una figura marginal y no logró nunca el protagonismo que, en ocasiones, buscó con ahínco.
También opinó hoy sobre el careo republicano el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, quien, en su rueda de prensa diaria, afirmó que escuchó de los aspirantes conservadores "muchas fanfarronadas, pero muy pocas buenas ideas".
Clinton y Sanders contraatacan
Asimismo, los aspirantes demócratas a la Casa Blanca Hillary Clinton y Bernie Sanders aprovecharon el debate televisado del Partido Republicano para presentarse en las redes sociales como la alternativa conciliadora y de sentido común.
La lucha contra el Estado Islámico y la restricción en la admisión de inmigrantes y refugiados centraron el debate de los precandidatos republicanos, así como la discusión de los aspirantes demócratas en Twitter.
Clinton calificó de "eslóganes superficiales que no suman a la estrategia" las declaraciones de Cruz sobre su intención de llevar a cabo "bombardeos masivos" sobre Siria e Irak para acabar con el Estado Islámico (EI).
"Los bombardearemos (al EI) hasta que desaparezcan. No sé si la arena brilla en la oscuridad pero daremos con ellos", dijo Ted Cruz en Las Vegas (Nevada), donde tuvo lugar el quinto debate republicano desde que comenzó la carrera a la Casa Blanca.
"Prometer bombardeos masivos hasta que el desierto resplandezca no te hace más fuerte. Te hace perder la cabeza", publicó Clinton, favorita entre los demócratas, en su cuenta de Twitter.
En la misma línea, Bernie Sanders, senador por Vermont, se pronunció en las redes sociales: "Repitan conmigo: Debemos combatir la islamofobia y todas las formas de discriminación en nuestro país y en el mundo", escribió en un tuit que fue replicado más de siete mil veces en menos de una hora y que más de diez mil personas indicaron "me gusta".
"No destruiremos al EI debilitando nuestras libertades civiles y religiosas", añadió Sanders, en referencia a las intenciones de los republicanos de aumentar el control de información personal de los ciudadanos estadounidenses.
Clinton y Sanders se mantuvieron activos en las redes sociales durante todo el debate y defendieron posiciones similares, pero Sanders fue quien, con un tono más irónico en sus publicaciones, obtuvo mayor repercusión e impacto entre sus seguidores.
Clinton insistió en el valor añadido de su candidatura por tener experiencia en la administración como ex secretaria de Estado, lo que, según ella, la convierte en la candidata mejor preparada, capaz de encontrar el equilibrio entre combatir el terrorismo y respetar las libertades.
Por su parte, Sanders trató de dirigir la atención hacia otros temas, ignorados en el debate republicano. "Esperando, esperando, esperando. Cuándo oiremos algo sobre la desigualdad de los salarios, el cambio climático o la justicia racial?", se preguntó.
El tercer precandidato demócrata, Martin O'Malley, ex gobernador de Maryland, se limitó a lanzar un solo mensaje en Twitter para pedir el voto: "No te gusta lo que estás escuchando durante el debate republicano? Únete a nuestra campaña ahora".
El debate republicano se celebró a un mes y medio de que arranquen, en el estado de Iowa, las elecciones primarias que desembocarán en la convención nacional del Partido Republicano en julio próximo, de donde saldrá el candidato definitivo a la Presidencia.