La presidenta brasileña Dilma Rousseff tiene una "honestidad intachable" y ninguna de las pruebas encontradas en el caso de corrupción de Petrobras podrán involucrarla con esta escandalosa red de desvíos, aseguró el ministro de Justicia.
"La presidenta Dilma paga el precio por su entereza y honestidad", dijo el ministro José Eduardo Cardoso en una audiencia con una comisión de la cámara de Diputados que investiga este caso, el cual le costó a la paraestatal petrolera más de 2 mil millones de dólares.
"Conozco a la presidenta hace muchos años. Es una persona de una honestidad intachable. Todas las personas tienen defectos y virtudes. No está entre los defectos de la presidenta Dilma Rousseff la deshonestidad, sus propios adversarios reconocen. Tengo certeza que ningún hecho relacionado a corrupción, desvío de dinero público o deshonestidad llegará cerca de ella", añadió.
Rousseff, con su popularidad por los suelos (9%) y en una compleja situación política, aparece asediada por las revelaciones de este escándalo de corrupción, que golpeó de lleno a su fuerza, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) y ensombrece al Poder Ejecutivo.
Según opositores, Rousseff tiene responsabilidad en el escándalo, ya que fue presidenta del Consejo de Administración entre 2003 y 2010, cuando ocurrieron los presuntos desvíos. Le achacan además irresponsabilidad en el manejo fiscal e irregularidades en las cuentas de la campaña electoral que la llevó a asumir el poder en 2011.
La mandataria y ex guerrillera denunció la semana pasada a detractores "un tanto golpistas" de su gobierno por buscar su salida del poder, pero ha asegurado que terminará su mandato.