El Departamento de Estado anunció que tres funcionarios estadunidenses fueron expulsados el martes de Nicaragua, según dijo ayer a periodistas el vocero de la cancillería de Washington, John Kirby.
"Fue injustificado e inconsistente con la agenda positiva y constructiva que buscamos con el gobierno", señaló el funcionario, y dijo que ya hubo una protesta ante el embajador nicaragüense en EU, Francisco Campbell.
"Ese tratamiento tiene el potencial de impactar negativamente las relaciones bilaterales, especialmente en comercio", añadió Kirby. Los tres funcionarios tenían un "estatus temporal" y apenas habían llegado al país cuando fueron expulsados.
También el martes, el gobierno deportó al académico estadundiense Evan Ellis, que pretendía investigar el proyecto del polémico canal interoceánico con recursos chinos en el sur del país, mientras se espera el regreso a México como deportado del estudiante de metalurgia Jobany Torres, 23 años, acusado de "fingir desaparición", en un oscuro episodio aún sin aclarar.
Los hechos se dan en un contexto de creciente tensión interna. La cúpula empresarial (Cosep) y la Conferencia Episcopal llamaron en las últimas horas al gobierno de Daniel Ortega a evitar un "nocivo" régimen de partido único, luego de que la opositora Coalición Nacional por la Democracia anunciara la "lucha cívica" tras ser excluida por la Corte Suprema, aliada del gobierno, de la próxima contienda ante las presidenciales de noviembre próximo.
El ex líder revolucionario Ortega, de 70 años, gobernó como presidente de la revolución sandinista en 1985-1990, volvió al poder en 2007 y fue reelegido en 2011 en comicios considerados "fraudulentos". Acaba de ser de nuevo postulado y de ganar empezaría en 2017 un cuarto periodo de gobierno, el tercero consecutivo.
