Cuatro muertos, 195 heridos, 220 mil personas sin electricidad y mil 238 viviendas afectadas, de ellas 123 derrumbes totales y 625 parciales, dejó el tornado que destrozó en 16 minutos parte de La Habana el domingo, según el más reciente balance emitido por el gobierno.
Las autoridades precisaron que los vientos sobrepasaron los 300 kilómetros por hora, fuerza capaz de destruir viviendas sólidas –como ocurrió-, e hizo un recorrido este-nordeste de 11.5 kilómetros.
Es la primera vez en 500 años de vida que la capital cubana es golpeada por una fuerza de tal naturaleza, surgida en medio de una baja extra tropical y un frente frío, explicó el doctor José Rubiera, del Instituto de Meteorología.
El ejército, brigadas de especialistas en electricidad, telefonía y construcción llegados de otras provincias, así como vecinos de los barrios afectados cumplieron 24 horas de trabajo para rescatar lo rescatable.
No obstante, el gobierno advirtió que “llevará algún tiempo” reponer las viviendas perdidas. El déficit habitacional es una de las mayores y más sensibles cuentas pendientes de la isla.
“La afectación de viviendas es el problema principal”, dijo la teniente coronel Gloria Elvia Geli, al explicar en la televisión estatal los pasos a seguir por la Defensa Civil en las actuales condiciones de emergencia.
Las autoridades adelantaron la entrega a los damnificados de una canasta básica subvencionada –se distribuye a principio de cada mes- e informaron que comercializarán, también a precios subvencionados, otros alimentos.
El ministerio de Salud Pública desplegó brigadas de médicos y sanitarios para evitar epidemias, al tiempo que trata de salvar la vida de al menos cuatro heridos graves con “pronóstico reservado”, del centenar registrado.
Los barrios con mayores daños son Santo Suárez, por donde comenzó el tornado, 10 de Octubre, Luyanó, Regla, Guanabacoa y Habana del Este, por donde abandonó la isla. Casi todas zonas de alta densidad poblacional.
jamj