El aislamiento social obligatorio en Buenos Aires y sus alrededores seguirá hasta el 24 de mayo, pero el resto de Argentina hará una reapertura progresiva para enfrentar la pandemia del coronavirus, anunció el presidente Alberto Fernández.
"La situación está bastante controlada, pero el área metropolitana tiene el 86 por ciento de los casos de todo el país y el mayor foco de contagio", dijo Fernández en conferencia de prensa en la residencia oficial de Olivos, al norte de la capital.
El confinamiento cumplió este viernes 50 días. Se han registrado 5 mil 598 casos de covid-19, con 293 muertos y mil 659 personas recuperadas. En la Gran Buenos Aires, la capital del país, viven unas 14 millones de personas, entre la capital y los 13 distritos que la rodean.
"El área metropolitana tiene la mayor densidad demográfica y la mayor cantidad de personas que vinieron infectadas de otros países. La cuarentena se extiende allí hasta el 24 de mayo", dijo Fernández. "La tasa de mortalidad en el país es de 6 muertos por cada millón de habitantes. En forma comparativa con el resto del mundo no estamos mal y la cuarentena tiene sentido", afirmó.
En las provincias, empezará a aplicarse un plan de "reapertura progresiva de actividades" industriales, comerciales e incluso recreativas, según lo dispongan sus autoridades, agregó el jefe de Estado. El gobierno federal toma las decisiones tras consultar a un comité de los principales epidemiólogos e infectólogos.
"Algunos hablan de abrir la economía pero no me van a torcer el brazo. Estamos cuidando las vidas de la gente", indicó.
Argentina, al borde de otro default
Argentina venía sufriendo una recesión de dos años hasta que asumió Fernández en diciembre y asomó una muy tibia recuperación que se esfumó con la pandemia, hasta caer en un derrumbe de la economía que se calcula en al menos 6.5 por ciento este año. Sin embargo, el país busca acordar con sus acreedores su deuda extranjera para evitar que Argentina entre en impago.
El Gobierno argentino analizará este sábado el resultado del proceso de canje de su deuda pública emitida bajo ley extranjera por 66 mil 239 millones de dólares que venció este viernes y no se descarta que extienda el plazo para sumar una mayor adhesión de sus acreedores privados y evitar entrar en un cese de pagos.
El gobierno argentino pide a los acreedores un período de gracia de tres años, es decir, empezar a pagar recién en 2023, con un tasa inicial del 0.5 por ciento, que se incrementaría paulatinamente hasta un interés promedio del 2.33 por ciento y una tasa máxima de 4.875 por ciento.
El país registró su último default en 2001, cuando los compromisos de deuda de Argentina se volvieron insostenibles, provocando disturbios en todo el país, una crisis política, y la imposición temporal de retiro de efectivo, conocido localmente como "corralito".
dmr
