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La profecía del Comandante y el ensayo del "imperio"...

En 1973, con 47 años, Fidel Castro le respondió a un periodista británico que los lazos entre La Habana y Washington se iban a restablecer cuando EU “tenga un presidente negro y en el mundo haya un Papa latinoamericano”. Acertó.

Ocurrió en 1973. La anécdota es bastante conocida. Fidel Castro se reunía con periodistas internacionales. Uno de ellos, británico, de nombre Brian Davis, según cuenta la historia, le preguntó:

—¿Cuándo cree usted que se podrán restablecer las relaciones entre Cuba y Estados Unidos?

El comandante de la Revolución cubana, que ya llevaba 14 años en el poder y apenas tenía 47 años, escrutó el rostro del periodista, se mesó la barba suavemente y con una mueca indescifrable respondió:

—Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros cuanto tenga un presidente negro y en el mundo haya un Papa latinoamericano…

Todos los ahí presentes se rieron, de acuerdo a las historias narradas y juradas por viejos cubanos.

¿Quién demonios podía concebir en los años 70 que algún día habría un presidente negro en EU, si apenas un década atrás los disturbios raciales habían sacudido ese país? Y, ¿quién en su sano juicio iba a imaginar que un día habría un Papa argentino, si esa nación padecería durante esa década la infame bota de los militares golpistas?

“Fue sarcasmo el de Fidel”, dicen hoy algunos, los que no lo quieren tanto en esta ciudad. “Fue una profecía de él, producto de su sabiduría”, juran otros, lo que los siguen venerando aquí. Los que hoy lo festejaron, porque Castro ha cumplido 89 años este 13 de agosto, en plena euforia del carnaval de La Habana.

Ahora, 42 años después, este jueves la anécdota resurgió en algunas calles habaneras, justo en la víspera de que la bandera de EU sea izada por primera vez en La Habana desde el 3 de enero de 1961 (no se puede decir que en Cuba, porque en Guantánamo ondea). Aquella jornada, a las 20:30 horas, cuando faltaban unos días para que el presidente Dwight Eisenhower traspasara el poder a John F. Kennedy, se rompieron las relaciones diplomáticas entre EU y la Cuba del comandante Fidel Castro, apenas dos años después de que triunfara la Revolución cubana.

Este viernes, 54 años más tarde, el secretario de Estado, John Kerry, inaugurará oficialmente la embajada de su país en Cuba (la antigua United States Interests Section ha dejado de serlo para convertirse en una sede diplomática en forma). Pero no solo eso: como redactaba hace un momento, el funcionario izará por primera vez la bandera de EU en La Habana desde aquellos días de la guerra fría en los que, con sus Crisis de los Misiles de 1962 (la Unión Soviética desplegó cohetes nucleares en suelo cubano, a unos cuantos minutos de vuelo de territorio estadunidense), el mundo por poco se sumerge en un Tercera Guerra Mundial.

Y no solo será lo de la bandera: habrá algo más…

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18:34 de este jueves. Patio de la embajada estadunidense, junto al Malecón habanero, a la vista de cualquier cubano. El asta luce vacía. En el lugar han sido colocadas decenas de sillas. Y un podio de madera con el escudo de EU. De pronto, a través de potentes altavoces, se escucha:

Ladies and Gentlemen, the Secretary of State, John Kerry…

Un hombre con corbata, de pelo cano, en mangas de camisa, se aproxima al micrófono colocado en el podio. Simula que es John Kerry.

18:35. El baterista de una pequeña banda militar, cuyos miembros visten de civil, tamborilea acordes de suspenso. Tres marines caminan marcialmente desde el costado derecho. Portan sus sombreros y guantes blancos de gala, aunque dos de ellos visten jeans y uno lleva caquis de algodón. Todos andan en camiseta. Hacen firmes frente a un civil, que juega las veces de embajador. El hombre lleva una bandera doblada de su país. La entrega a uno de los militares. Los tres giran sobre su eje 180 grados y en perfecta cadencia caminan siete pasos hasta el asta.

18:36. Empiezan a… izar su bandera. La llevan hasta una tercera parte del asta. Una decena de cubanos, que observan lo que ocurre con los rostros pegados a las rejas de la embajada, se quedan atónitos.

–¿Esto no iba a ser mañana? –dice uno.

–Calma, es solo el ensayo del imperio… –se ríe el otro.

18:37. Suenas los primeros acordes del himno nacional de EU. Sí, el himno del antiguo enemigo retumba de nuevo en el Malecón, como al inicio de los 70, frente a edificios cuyos inquilinos han colgado enormes banderas cubanas para equilibrar el escenario.

Hace casi un mes, el 18 de julio, Cuba izó su bandera en Washington DC. Y tocó su himno. Hoy, EU empezó a hacer lo mismo. Muy pronto quedará sepultado el último vestigio de la guerra fría en el continente americano.

Esto era un absurdo de la Historia… —concluye el chofer cubano de un diplomático estadunidense, a quien espera afuera de la embajada—. Solo falta que levanten el embargo, porque lo de las banderas y los himnos, solo es un símbolo…

Anochece y el Malecón se empieza a poblar de euforia, no por Cuba, no por Fidel, no por EU. Es el carnaval que dura toda la madrugada...

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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