La aspirante demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, aseguró hoy que de llegar a la Casa Blanca será más indulgente en el tema de las deportaciones y revisará el sistema migratorio en sus primeros 100 días de gobierno.
Clinton afirmó también que quiere ser "portavoz" y defensora de "las necesidades y los derechos de los hispanos" en el país, y se mostró convencida de que "la retórica del odio" de algunos candidatos republicanos va a movilizar al electorado hispano en las presidenciales de 2016.
“Tenemos que ser menos duros y agresivos en las deportaciones” que el gobierno de Barack Obama, dijo la ex primera dama en entrevista con la cadena Telemundo, transmitida hoy.
Clinton reconoció que Obama “ha hecho mucho” con las órdenes ejecutivas DACA Y DAPA para favorecer a los inmigrantes, pero opinó que la estrategia de complacer a los republicanos con deportaciones “agresivas” para que apoyaran un reforma migratoria comprensiva, no funcionó en los últimos seis años.
“Creo que la estrategia ya no es viable. Así que tenemos que volver a ser menos duros y agresivos”, apuntó al señalar que las deportaciones deben estar enfocadas en “los delincuentes y personas violentas”. “Yo no voy a estar rompiendo familias. Creo que hemos aprendido que los republicanos, al menos los que están ahora, no actúan de buena fe”, añadió.
Pese a apoyar una reforma migratoria, el gobierno de Obama ha sido criticado por grupos proinmigrantes por ser uno de los que más indocumentados ha deportado en los últimos años.
La ex secretaria de Estado, que lidera las encuestas para la nominación de su partido a la Casa Blanca, reiteró su deseo de ir "más allá" que el presidente Barack Obama en favor de los derechos de los inmigrantes y se comprometió a impulsar "una reforma integral" y "un camino a la ciudadanía" para los indocumentados.
Clinton expresó su rechazo frontal a las deportaciones y subrayó que si es elegida presidenta no continuará por ese camino. "No voy a deportar a los padres. No voy a romper familias", dijo la precandidata demócrata, quien se mostró contraria a utilizar a los inmigrantes como "chivo expiatorio" de todos los problemas que preocupan a la sociedad estadunidense.
Preguntada por las acciones ejecutivas del presidente en defensa de los "soñadores" (quienes viajan a EU para cumplir el sueño americano), hoy paralizadas en los tribunales, Clinton se mostró convencida de la legalidad de las medidas de Barack Obama y concluyó que los republicanos "simplemente no están actuando de buena fe".
En este sentido, la precandidata se comprometió a que durante los primeros cien días de su mandato defenderá en los tribunales la legalidad de esas medidas ejecutivas y vigilará que los servicios de inmigración dejen de "romper familias". "Voy a tratar de trabajar con republicanos y demócratas para conseguir un proyecto de ley de reforma migratoria integral lo más rápido posible", afirmó.
En cuanto al papel del ex presidente Bill Clinton (1993-2001) si ella llegara a la Casa Blanca, la precandidata demócrata se mostró convencida de que su marido sería "un gran consejero". La entrevista fue realizada el fin de semana en Miami, ciudad que visitó Clinton para asistir al concierto del salsero puertorriqueño Marc Anthony.