En total, 62 personas perdieron la vida el pasado viernes en la explosión de un oleoducto en el este de China, informaron este martes las autoridades locales. La detonación, que tuvo lugar en el puerto de Qingdao, en la provincia de Shandong, fue muy potente y la onda expansiva volcó varios coches y dañó algunas carreteras.
El cuerpo de la última persona desaparecida fue hallado el lunes, anunció el gobierno municipal de Qingdao en su cuenta oficial de microblogs, con lo que el balance total de muertos se eleva a 62. Otras 136 personas heridas están hospitalizadas, precisó. Varias horas antes de la catástrofe, se había encontrado una fuga en el oleoducto, perteneciente a la gigante petrolero chino Sinopec. La explosión se produjo cuando unos operarios trataban de repararla.
Los accidentes industriales son frecuentes en China, a menudo porque no se respetan las normas de seguridad. Cerca de 28 mil personas murieron en China en los seis primeros meses del año en accidentes laborales, según estadísticas oficiales.