Estados Unidos fustigó ayer la última prueba fallida de un misil de Corea del Norte e insistió en que trabaja con China para "resolver pacíficamente" una conducta de Pyongyang que se acerca a niveles críticos.
El lanzamiento se realizó horas antes de que el vicepresidente de EU, Mike Pence, llegara a Seúl, donde reiteró la determinación de su país a defender la alianza con Corea del Sur.
Pence llegó a Corea del Sur con el objetivo de tratar la crisis abierta con el régimen de Pyongyang y sus continuas pruebas de armas de destrucción masiva.
Señaló que el último ensayo de misiles realizado por Corea del Norte es una "provocación"que ha incrementado la tensión en la península coreana.
En tanto, el general H.R. McMaster, consejero de Seguridad Nacional estadunidense, aseguró que "existe un consenso internacional, incluidos a los chinos, sobre que la situación no puede continuar".
Durante una entrevista en Kabul, dijo que "este problema está alcanzando un punto crítico, así que llegó el momento de que emprendamos todas las acciones posibles, antes de una opción militar, para resolver esto pacíficamente", afirmó McMaster a la cadena estadunidense ABC desde la capital de Afganistán.
"Creo que hay realmente un consenso entre el presidente (Trump) y nuestros aliados de la región —Japón y Corea del Sur, pero también los líderes chinos— de que este problema está llegando a una etapa crucial", añadió.
"Es el momento de que emprendamos todas las acciones que podamos, salvo la opción militar, para tratar de resolver esto pacíficamente". Así, en las "próximas semanas, meses", McMaster cree que habrá "una gran oportunidad para todos" de "emprender acciones salvo el conflicto armado, de manera que pueda evitarse lo peor".
Preguntado sobre si la opción militar sigue sobre la mesa, el asesor respondió: "Todas nuestras opciones están sobre la mesa, en proceso de mejorarlas y de desarrollarlas más a fondo". Según el asesor, Trump ha encargado a su gabinete que le proporcione "opciones" que estén listas si el régimen norcoreano "se niega a desnuclearizarse", que es el "objetivo aceptado tanto por EU como por los líderes chinos, así como por los aliados en la región.
"Vamos a confiar en nuestros aliados como siempre hacemos, pero también vamos a tener que confiar en los líderes chinos. Quiero decir, Corea del Norte es muy vulnerable a la presión de los chinos, 80 por ciento de su comercio procede de China", indicó McMaster.
"El presidente (Trump) ha dejado claro que no aceptará que EU y sus aliados y socios en la región estén bajo la amenaza de este régimen hostil con armas nucleares", agregó.
McMaster insistió en las coincidencias entre Washington y Pekín, luego de que el mismo Trump subrayara este fin de semana en Twitter la importancia de la cooperación con China en el problema con Corea del Norte.
Después de haber criticado a Pekín por su política monetaria durante su campaña electoral, el presidente estadunidense tuiteó: "¿Porqué llamaría a China manipulador de moneda cuando ellos están trabajando con nosotros con el problema de Corea del Norte? ¡Veremos qué pasa!"
¿Quién financia las protestas?, se pregunta Trump
El presidente estadunidense, Donald Trump, pidió ayer investigar quién financía las protestas en que los manifestantes exigen que dé a conocer sus declaraciones de impuestos.
"Hice lo que era casi imposible para un republicano, ¡gané fácilmente en el Colegio Electoral (elecciones)! ¿Ahora alguien trajo de nuevo lo de la declaración de impuestos?", escribió Trump en Twitter.
"Alguien debería ver quién paga por las pequeñas manifestaciones organizadas ayer ¡La elección terminó!", agregó el mandatario.
En Washington, Nueva York y otras decenas de grandes y pequeñas urbes estadunidenses, miles de personas se manifestaron el sábado para demandar a Trump que se ajuste a la tradición presidencial de publicar su declaración fiscal. Quieren saber la cantidad real de impuestos que el empresario ha pagado y sus posibles fuentes externas de ingresos.
Durante cuatro décadas, los presidentes y candidatos de partidos importantes han revelado parte de sus declaraciones de impuestos, a excepción de Gerald Ford. La decisión de Trump de no hacerlo ha generado dudas sobre posibles conflictos de interés.