La ciudad de São Luis se convirtió este martes en la primera gran ciudad de Brasil en implementar el confinamiento como una medida para prevenir los contagios por coronavirus, y así evitar que colapsen los servicios de salud del país.
Las indicaciones aplican para São Luis y partes de otros tres municipios, con lo cual se pretende que alrededor de 1.3 millones de habitantes del estado de Maranhão no salgan salvo para comprar alimentos, medicamentos o artículos de limpieza.
Maranhão, el estado del noreste del cual São Luis es la capital, no ha sufrido lo peor de la crisis, a diferencia de Amazonas, donde los hospitales están sobrepasados y las autoridades han recurrido a enterrar a las víctimas en fosas comunes.
Hasta ahora, el estado más pobre de Brasil cuenta con 4 mil 227 casos confirmados y 249 muertes.

Maranhão decreta cuarentena preventiva
En una entrevista con la agencia Reuters, el gobernador de Maranhão, Flavio Dino, dijo que el 95% de las camas de cuidados intensivos de los hospitales públicos del estado en el área puesta en cuarentena están ocupadas.
"Estamos decretando un confinamiento preventivo", sostuvo. "No estamos lidiando con el caos, pero estábamos observando que la demanda crece rápidamente y está por encima de nuestra capacidad de expansión de camas y profesionales de la salud".
La medida, que durará hasta el 14 de mayo, fue ordenada por un tribunal pero cuenta con el apoyo del gobernador. Se da en momentos en que el apoyo a las restricciones ha caído en Brasil, ya que el impacto económico de la pandemia plantea preocupaciones sobre el hambre en las comunidades pobres.
Brasil, el país más afectado de Latinoamérica
Brasil es la nación más afectada en América Latina, con 105.222 casos confirmados y 7.288 muertes hasta el lunes, según el Ministerio de Salud.
El presidente Jair Bolsonaro ha minimizado el virus, comparándolo con un resfrío, pero la reacción de los 27 gobiernos estatales y distritales de Brasil ha variado ampliamente.
La mayoría ha impuesto restricciones comerciales de algún tipo, en las que los servicios no esenciales están prohibidos. Pero no llegaron a exigir un cierre total, lo que limitaría el movimiento de las personas.
tm