La campaña para las legislativas en España acabó este viernes, tras un maratón del conservador Mariano Rajoy, que parte con una corta ventaja para intentar frenar un auge de los partidos emergentes que podría costarle la reelección u obligarle a gobernar en minoría.
"Jugar a los experimentos, a la novedad, a las tertulias y a la nada es algo que un país como éste, viejo, joven, antiguo, moderno, fuerte, con personalidad, con importancia, como es España, no se puede permitir", lanzaba Rajoy, de 60 años, defendiendo su experiencia en el último mitin de su formación, el conservador Partido Popular (PP).
Rajoy evitó pronunciarse sobre la formación de una coalición con otras fuerzas políticas ante la perspectiva de que su partido gane las elecciones del domingo, pero sin una mayoría absoluta para formar gobierno.
"De coaliciones siempre hablo al día siguiente, según los resultados porque todo lo demás son especulaciones", dijo el cabeza de lista del Partido Popular, una formación conservadora que gobierna en España desde fines de 2011, al término de una cumbre europea.
Rajoy, cuya formación perdería la mayoría absoluta con la que gobierna, quedaría en primer lugar con una intención de voto de entre el 25 y 30%, según los últimos sondeos.
"Quien gane las elecciones debe gobernar, es la voluntad de la gente", afirmó el líder del gobierno español, quien estimó que una coalición de su rival socialista, Pedro Sánchez, con las nuevas fuerzas políticas surgidas en su país tras la crisis, no sería buena.
"No sería buena para España, una coalición entre Podemos y otras fuerzas políticas, aparte de que los planteamientos son distintos", dijo Rajoy, en referencia al escenario inédito que se enfrenta su país, donde el bipartidismo, entre el PP y los socialistas, está asentado desde hace más 30 años.
Tras la dura crisis financiera que elevó el desempleo hasta un 27%, surgieron varias formaciones políticas que concurren a las elecciones del domingo con la posibilidad de tener la llave del gobierno.
La indignación de la población, plasmada en manifestaciones desde 2011, fue canalizada por el partido antiausteridad Podemos, mientras que la formación regional Ciudadanos, también recogió el malestar con el clientelismo y la corrupción. Ambas formaciones se disputan el tercer y cuarto lugar con cerca del 18%.
Los socialistas llegarían en segundo lugar, con una intención de voto de hasta 22%, según los sondeos publicados el lunes. Rajoy defendió su proyecto político y dijo que durante su gobierno, su país, la cuarta economía de la zona euro, reanudó el crecimiento en 2014 con una expansión del 1.4% de su Producto Interior Bruto (PIB).
"Si alguien no quiere que se produzca una coalición entre Podemos y el Partido Socialista y una serie de partidos de izquierda y de extrema izquierda, lo mejor que puede hacer es dar su voto al Partido Popular", afirmó.
Sin embargo, la mejora macroeconómica tiene sus críticos, ya que aunque el desempleo bajó a 21%, la liberalización del mercado de empleo implicó creación de trabajos, pero con más precariedad. La tasa de indecisión sigue siendo alta, en torno al 25% según los últimos sondeos.
Últimos mitines electorales
En una noche de invierno templada, miles de españoles se reunieron en plazas o locales de Madrid y Valencia, en el este, para estas últimas citas con los candidatos a las elecciones del domingo.
"¡Quedan 48 horas para empezar una nueva etapa política en España!", lanzó a la multitud el líder del centrista Ciudadanos, el abogado Albert Rivera, de 36 años, desde un escenario rodeado por las terrazas de los bares de la madrileña plaza Santa Ana.
Entre el público, Inmaculada Angel, ama de casa de 54 años, expresaba su ilusión. "Tras tantos años de crisis, con el paro y los desahucios, estábamos todos muy tristes, como anclados en el pasado y tiene que haber un cambio", aseguró.
Según los sondeos, la formación del jefe de gobierno saliente será la opción más votada, pero quedará en minoría, muy lejos de la comodísima mayoría absoluta (186) que disfrutaba desde finales de 2011. Con un escaso 30% de intenciones de voto, obtendría entorno a 130 diputados en un parlamento de 350.
Los demás deberían repartirse principalmente entre su rival tradicional, el socialista PSOE, y las dos formaciones emergentes, Ciudadanos y el antiliberal Podemos, que pisan los talones de los socialistas y amenazan incluso con superarlos.
Si se confirman los sondeos, el PP deberá por lo tanto buscar pactos de investidura o gobernar en minoría. Sin embargo, debido al alto porcentaje de indecisos, los resultados del domingo podrían dar sorpresas.
Para los comicios de 2011 "ya se sabía un año antes lo que iba a pasar y ahora uno de cada cuatro electores aún no está decidido, a dos días de las elecciones", explica José Pablo Ferrándiz, responsable del instituto de sondeos Metroscopia.
"Pueden remontar todos"
"En el tramo final de campaña pueden remontar todos", coincidía Rajoy, manteniendo su inquebrantable flema pese al agotamiento de dos semanas en la carretera, recorriendo los cuatro rincones del país para llegar a 34.5 millones de electores.
Tras una legislatura marcada por impopulares políticas de austeridad, el mandatario basó su campaña en la recuperación económica. El país conserva sin embargo un muy elevado desempleo de 21.18% y una creciente desigualdad entre ricos y pobres.
Esta situación, los recortes en servicios públicos y los escándalos de corrupción impulsaron el auge de Podemos, fundado a principios de 2014 y liderado por el politólogo Pablo Iglesias, de 37 años, que la campaña aupó en las intenciones de voto.
"Estamos viviendo algo histórico y estoy convencido de que el próximo domingo va a ser un día que vamos a recordar con el tiempo", lanzó Iglesias desde un acto electoral en el que respondió a las preguntas de los ciudadanos.
Esta proximidad con los electores caracterizó la campaña, que llevó a los candidatos a innumerables platós de televisión y sacó a Rajoy a las calles, contra su costumbre. Fue durante uno de estos paseos electorales, cuando recibió el miércoles un fuerte puñetazo en la cara, asestado por un muchacho de 17 años.
El jefe de gobierno intentó quitarle hierro al asunto y pidió que no se sacase provecho político de esta agresión. Pero lo cierto es que la campaña vivió otros momentos de gran tensión, como un debate televisivo bronco entre Rajoy y el líder socialista, Pedro Sánchez, de 43 años, cuyos ataques, excesivos para algunos, amenazan con dañar su imagen y costarle el liderazgo de la izquierda.
"Es probable que Podemos le pueda ganar al PSOE en número de votos", advierte Ferrándiz. "Yo os digo que el PSOE está en pie y preparado para gobernar", aseguraba Sánchez en su cierre de campaña, presentándose como el único capaz de echar a Rajoy del poder.