Los buques de la armada rusa abandonaron el puerto sirio de Tartus por motivos de seguridad ante la posibilidad de que se produzca un inminente ataque estadunidense contra Siria, según informó el presidente del Comité de Defensa de la Duma (Cámara de Diputados) rusa, Vladimir Shamanov.
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En declaraciones a la agencia Interfax, Shamanov manifestó que "en caso de amenaza de ataque, los buques atracados uno junto al otro en el puerto salen a una zona de libre maniobra (mar abierto) para evitar que con un cohete sea destruido más de un barco".
Shamanov subrayó que esa es una práctica habitual y que su objetivo es garantizar "la supervivencia" de los buques, tanto de superficie como submarinos.
ISI reveals: Disappearance of most of the #Russian #Naval Forces from #Tartus Port, #Syria.
— imagesatintl (@imagesatint) 11 de abril de 2018
Those missing naval vessels have now been deployed at sea due to possible near-future #strikes. Only one #kilo class submarine remained.#russiannavy #Syriastrikes #foxnews #kilo pic.twitter.com/guRA9w0qqt
Según el diario Kommersant, el detonante de esta decisión fue el anuncio realizado por el presidente de EU, Donald Trump, de que podría lanzar en cualquier momento un ataque con misiles contra Siria.
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La compañía iSi, que proveé imágenes satelitales de alta resolución, compartió en su cuenta de Twitter imágenes que aparentemente evidencian el movimiento de los buques.
El destructor USS Donald Cook, equipado con misiles Tomahawk y el sistema antimisiles Aegis, partió el lunes del puerto chipriota de Larnaca y se encuentra ya a poco más de 50 millas náuticas (100 kilómetros) de Tartus.
El presidente ruso, Vladimir Putin, que ha tachado de "inadmisibles" las acusaciones de que el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, esté detrás de un supuesto ataque químico contra la población civil en la ciudad de Duma, apeló ayer al "sentido común" en las relaciones internacionales.
Tartus ha servido de punto de mantenimiento técnico y abastecimiento para la flota soviética o rusa desde la década de 1970 en virtud de un acuerdo suscrito por Moscú con el entonces presidente sirio, Hafez al Asad, padre del actual mandatario.
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La armada rusa regresó al Mediterráneo en 2013 tras más de veinte años de ausencia, y buques como el portaaviones "Almirante Kuznetsov" y el destructor "Pedro el Grande" participaron en los bombardeos contra las posiciones yihadistas en Siria.
gcc