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Ban Ki-moon, Renzi y Mogherini, contra la crisis migratoria

El secretario general de la ONU, el primer ministro italiano, y la canciller de la Unión Europea, visitaron un barco de la marina italiana ante las costas de Sicilia que es usado para combatir la crisis migratoria.

El jefe de gobierno italiano, Matteo Renzi, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la jefa de la diplomacia de la UE, Federica Mogherini, visitaron hoy brevemente un barco de la marina italiana frente a las costas de Sicilia para afrontar la crisis migratoria.

Según un comunicado de la Unión Europea, la visita pretendía reforzar "la solidaridad europea en pro de los esfuerzos que se están llevando a cabo para salvar las vidas de los migrantes que cruzan el mar Mediterráneo".

Mayor implicación internacional

Italia ha convertido en su principal reivindicación lograr una mayor implicación de la comunidad internacional para frenar el flujo de inmigrantes indocumentados desde el norte de África, que la semana pasada causó un naufragio en el que se estima murieron más de 800 personas ahogadas. Renzi ya había explicado que su intención era "hacerles ver físicamente lo que Italia está haciendo" para combatir este fenómeno.

"Los medios italianos, junto a los de Tritón y a los mercantes privados, están afrontando esta emergencia que parte de la Libia y que ya ha supuesto el desembarco de más de 25 mil personas en lo que va de año", declaró Renzi.

El primer ministro italiano calificó de "significativa" la presencia de Ban Ki-moon y de Mogherini, su antigua ministra de Exteriores, ante quienes destacó que su país ya no está solo ante esta dramática situación.

Los tres líderes llegaron en helicóptero desde Sicilia y pasaron unos minutos a bordo del buque San Giusto, de la marina italiana, escuchando una presentación de las operaciones de rescate y saludando a los militares, antes de regresar a la isla. Tras la visita a las instalaciones del barco, Renzi declaró que "su estrategia" será hacerse escuchar en los foros internacionales.

"Antes Italia estaba sola afrontando este tema, pero ahora toda la comunidad internacional es consciente de que se trata de un problema global y no de una cuestión que afecta solo a un país", dijo el jefe del Gobierno italiano.

Asimismo aseguró que cuenta con el apoyo de la ONU para lo que consideró "la absoluta prioridad": detener a los traficantes de seres humanos y desbaratar la red que se enriquece con las vidas de las personas.

"Detener a los traficantes de seres humanos para evitar una catástrofe humanitaria es una prioridad absoluta para la que continuamos necesitando el apoyo de Naciones Unidas", declaró Renzi de nuevo en Sicilia, a la prensa italiana.

Por su parte, Ban "puso el acento sobre la necesidad de las autoridades de concentrarse en el salvamento de las vidas de aquellos que están en el mar", según su portavoz adjunto, Farhan Haq, en Nueva York.

El secretario general de las Naciones Unidas reafirmó su postura de que "las autoridades deberán centrarse en el salvamento" de los inmigrantes y alertó de que la situación que se da en el Mediterráneo supone "la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial".

"Recientemente, debido a la inestabilidad política, en algunas partes de África, especialmente en el Norte, este mar (Mediterráneo) se ha convertido lamentablemente en un mar de lágrimas, un mar de miseria. Creo que puede ser la peor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial", refirió.

En su discurso en la nave, difundido a los medios, Ban Ki-moon dijo que la ONU está "dispuesta" a trabajar con Italia y señaló que "en primer lugar urge detener y prevenir la trata de personas". "Es algo criminal (...) Tenemos que abordar esta situación partiendo de las causas fundamentales '¿Por qué están arriesgando sus vidas?", se cuestionó.

El secretario general de Naciones Unidas señaló que la visita al buque ha sido una "gran experiencia" y se comprometió a "elevar" su voz para reclamar "responsabilidades colectivas y compartidas" en nombre de la humanidad.

El diplomático surcoreano, que ha manifestado en varias ocasiones su oposición a una intervención militar en Libia para cortar la llegada de indocumentados, abogó hoy por una solución "política" a la situación en este país norteafricano, con dos gobiernos enfrentados. "También tenemos que encontrar una solución política en Libia y en pro de la inestabilidad política en el norte de África", defendió.

El domingo, ya dejó ver su falta de entusiasmo ante la propuesta italiana, respaldada por sus socios europeos, de bombardear los barcos de los traficantes en Libia antes de que zarpen. "No hay solución militar a la tragedia que está ocurriendo en el Mediterráneo", dijo, al tiempo que defendía un mayor apoyo a la inmigración legal.

Hay que tener en cuenta "las raíces del problema, la seguridad y los derechos humanos de los migrantes y de los refugiados, así como tener vías legales y regulares de inmigración", opinó.

Para Renzi, la visita ha permitido mostrar que su país no está "solo" frente a la crisis: "Ahora el conjunto de la comunidad internacional es consciente de que se trata de un problema global", declaró.

"No será tan sencillo"

Tras el naufragio de Lampedusa de octubre de 2013, en el que murieron más de 360 inmigrantes, mayoritariamente somalís y eritreos, Italia decidió afrontar esta emergencia con el programa Mare Nostrum. Un protocolo muy criticado en el país por su elevado coste -9.3 millones de euros mensuales- y que ha sido sustituido por el programa europeo Tritón, mucho más reducido en cuando a su presupuesto.

El pasado jueves los líderes de la UE se comprometieron a triplicar los fondos y aumentar los medios de las operaciones de vigilancia marítima Tritón y Poseidón este año y en 2016 para evitar que se repitan las tragedias de inmigrantes sucedidas en los últimos días.

Hace ocho días, naufragaba en las aguas del Mediterráneo un barco que dejó más de 700 muertos, y una semana antes, otra embarcación desapareció con 450 migrantes a bordo.

Esa sucesión de catástrofes obligó a los europeos a reaccionar: los dirigentes de la UE, reunidos el jueves en una cumbre extraordinaria en Luxemburgo, acordaron triplicar los fondos para su operación Tritón de vigilancia y asistencia en el Mediterráneo.

Cientos de migrantes, en su mayoría africanos, llegan cada día a las costas italianas después de que la guardia costera o la marina italiana los hayan rescatado de las embarcaciones improvisadas con las que cruzan el mar. El lunes, un buque militar desembarcó en Tarento (sur) con 274 personas procedentes de Libia que habían sido rescatadas en alta mar.

Para afrontar el desafío de albergar a quienes llegan a Italia, que ya superan las 80 mil personas en los centros italianos, el ministerio del Interior convocó una "cumbre" con los alcaldes y las regiones para el 7 de mayo en Roma.

La UE intenta conseguir el aval de Naciones Unidas para luchar contra los traficantes, aunque "no será sencillo", reconoció el domingo Mogherini. Renzi, cuyo país afronta en primera línea la crisis migratoria, es uno de los defensores más acérrimos de los ataques contra los traficantes libios, "esclavistas" de nuestros tiempos.

Pero organizaciones humanitarias y expertos en seguridad muestran muchos recelos ante esa opción, al considerar que, de cerrarse la vía libia, una nueva ruta se abriría en otro sitio, dado el deseo de los migrantes de alcanzar Europa. Por su parte los expertos en seguridad consideran que será muy complicado llevar a cabo los ataques, por la dificultad para distinguir los "buenos" barcos de los "malos".

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