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Ataque terrorista en Bangkok deja 19 muertos y decenas de heridos

Algunos medios locales elevan a 27 la cifra de fallecidos y 80 los heridos en el peor ataque terrorista en décadas en Tailandia al estallar una bomba cerca del popular templo de Erawan, en el centro de la capital. 

Al menos 19 personas murieron y más de 120 resultaron hoy heridas en un atentado con bomba cerca de un santuario hindú de la capital tailandesa, Bangkok, una zona muy frecuentada por locales y turistas extranjeros. Entre los muertos figuran diez tailandeses, un chino y un filipino, indicó la policía por la noche.

Algunos medios locales cifraban a medianoche local (17:00 hora GMT) en 27 los fallecidos y en más de 80 los heridos. Mientras, en Washington, el Departamento de Estado de EU afirmó que es "demasiado pronto para saber" si la explosión de las dos bombas en el centro de Bangkok fue un ataque terrorista.

Una bomba estalló ante el templo de Erawan, en el distrito de Chidlom. En la calle quedaron esparcidos cuerpos desmembrados y fragmentos de cristal. La explosión se produjo hacia las 18:30 hora local (11:30 hora GMT), en un momento en que se concentraban numerosos feligreses y turistas en este templo al aire libre.

"Fue una bomba, creo que estaba dentro de una motocicleta (...) Era muy grande, mire los cuerpos", contó a la AFP un socorrista voluntario que no quiso dar su nombre. Según el portavoz de la policía, Prawut Thavornsiri, el atentado tuvo motivaciones políticas y quería sembrar el caos. Tailandia se encuentra dirigido por una junta militar desde hace quince meses.

Aunque nadie clamó la autoría del ataque inmediatamente después, las sospechas se dirigen principalmente a las rivales facciones políticas del reino. Tailandia es un país profundamente dividido tras casi una década de violencia política, repetidas protestas callejeras que acabaron con muertes y explosiones de bombas, aunque ninguna del calibre de la de este lunes.

Tailandia también se enfrenta a la insurgencia en las provincias del sur, cercanas a Malasia y de mayoría musulmana, donde más de 6,400 personas, fundamentalmente civiles, han sido asesinadas.

"Contra los extranjeros"

En el hospital de Chulakongkorn, uno de los centros médicos de los alrededores, se registraron escenas de caos. Un hombre, consciente pero con gran parte del cabello quemado, parecía perdido en medio del bullicio.

"Algunas de las víctimas son chinas", dijo a la AFP la ministra de Turismo, Kobkarn Wattanavrangkul, que fue hasta el hospital. De acuerdo al primer ministro de Singapur, varias personas de ese país figuran también entre los heridos.

Muy popular, el sitio del ataque es un santuario dedicado al dios hindú Brahma, que atrae cada día miles de fieles budistas. Se encuentra en una de las avenidas más grandes en el centro de Bangkok, capital turística del reino que acoge cada año a millones de visitantes.

El Gobierno tailandés aseguró que el ataque, cuya autoría no ha sido reivindicada, trata de dañar la industria turística del país, fundamental en la debilitada economía de Tailandia. El lugar de los hechos, situado junto grandes cadenas hoteleras y cuatro centros comerciales, es visitado a diario por miles de tailandeses, pero también por turistas extranjeros.

El ministro de Defensa, Prawit Wongsuwong, afirmó que el atentado, perpetrado con una "bomba de TNT", tenía como blanco "los extranjeros y así dañar el turismo y la economía" de Tailandia.

El general Werachon Sukondhapatipak, segundo portavoz de la junta militar que rige el país, señaló que es pronto para sacar conclusiones sobre los motivos y la autoría del atentado. Mientras los efectivos de emergencias se afanaban en retirar los cadáveres y recoger posibles pruebas, el metro que sobrevuela la zona circulaba con normalidad.

Las fuerte onda provocada por las explosiones reventó cristales y lanzó cascotes a un centenar de metros de distancia y varios vehículos quedaron calcinados frente al recinto religioso. Los heridos, algunos de ellos de gravedad, fueron ingresados en el hospital de Chulalongkorn y en el de la Policía General.

Los servicios de emergencia solicitaron que acudieran a los centros sanitarios voluntarios que hablaran chino, los extranjeros más afectados por el ataque, y pidieron donaciones de sangre. En plena hora punta, al término del horario laboral, dos artefactos de fabricación casera explotaron con 15 minutos de diferencia, relataron testigos a Efe.

Las fuerzas de seguridad aseguraron en el escenario del ataque que encontraron otros dos objetos sospechosos colocados en los pilares del metro elevado que cruza la metrópoli. Más tarde, artificieros del Ejército confirmaron que no se trataba de bombas. Según las primeras investigaciones oficiales, al menos en una de las bombas se utilizó dinamita escondida dentro de una motocicleta estacionada fuera del templo budista, mientras que no se ha precisado los componentes del segundo artefacto.

La moto-bomba es una de las técnicas más utilizadas por la insurgencia musulmana del sur del país, que, no obstante, en muy raras ocasiones ha actuado en la capital. El pasado febrero, dos pequeñas bombas explotaron sin causar víctimas ni daños cerca de un exclusivo centro comercial de Bangkok.

El Gobierno militar señaló que ese ataque, que en apariencia no tenía intención de matar, fue perpetrado por la oposición política. Los militares gobiernan desde el golpe de Estado incruento acaecido en mayo de 2014 y con el que se puso punto y seguido a la grave crisis política que arrastra el país desde hace lustros y que deja la puerta abierta a cualquier posible autoría de la matanza.

Tailandia está gobernada por una Junta Militar, que tomó el poder en mayo pasado para poner fin a meses de protestas mortales contra el anterior gobierno electo. El país sigue bajo tensión y profundamente dividido después de casi una década de agitación política, que concluyó con dos golpes de Estado. El ex primer ministro Thaksin Shinawatra, quien se exilió para escapar a la justicia, y toda su familia, están en el centro de las divisiones del reino. Han ganado todas las elecciones desde 2001 pero son rechazados por la élite, principalmente de Bangkok.

Reacción de EU

El secretario de Estado de EU, John Kerry, expresó hoy su "profunda solidaridad con todos los que resultaron afectados por la explosión en Bangkok", según indicó su portavoz, John Kirby, en su conferencia de prensa diaria.

No obstante, Kirby aseguró que es "demasiado pronto para saber" si las detonaciones fueron un acto terrorista. "No tenemos información, por ahora, que pudiera permitirnos determinar cuál es la causa" de las explosiones, subrayó Kirby.

El portavoz aseguró que Estados Unidos está "siguiendo de cerca la situación y tratando de determinar si algún ciudadano estadunidense resultó afectado" por el suceso.

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