Las advertencias y amenazas, incluso por parte del jefe del gobierno español, sobre lo que ocurriría a Cataluña en caso de secesión se multiplicaron hoy, a cinco días de unas elecciones regionales en las que los independentistas parten como favoritos.
Una Cataluña independiente "se iría fuera de la UE ¿Qué pasaría con las pensiones? (...) Hay muchas más pensiones que cotizantes ¿Qué pasaría con las entidades financieras, qué pasaría con sus depósitos, qué pasaría con la moneda?", lanzaba el presidente del ejecutivo, Mariano Rajoy, en la cadena de radio privada Onda Cero.
El mandatario conservador multiplica las intervenciones en los medios y los mítines a pocos días de unos comicios en Cataluña que su propio partido considera "históricos". Rajoy advirtió hoy también al presidente del gobierno de Cataluña, Artur Mas, de que ni los votos ni los escaños que los secesionistas logren en las elecciones del domingo servirán para legitimar "una operación ilegal", en alusión a una hipotética declaración de independencia.
"La ley está por encima de votos y escaños", dijo Rajoy en una entrevista a la emisora de radio Onda Cero. A cinco días de los comicios del domingo en Cataluña, que Mas quiere convertir en un plebiscito independentista, el jefe del Ejecutivo español insistió en que hará cumplir la ley y no permitirá que se produzca la secesión de la región española, de 7.5 millones de habitantes.
"No estoy dispuesto a hablar de la unidad de España ni de la soberanía nacional. Eso no se va a poner en cuestión", reiteró. Rajoy abogó por construir una alternativa política frente a Junts pel Sí (Juntos por el Sí), la lista unitaria independentista auspiciada por el jefe del gobierno catalán que concurre a los comicios del domingo y a la que los sondeos sitúan como fuerza más votada.
Si alcanza la mayoría absoluta de escaños en el Parlamento catalán, 68 de 135, Mas iniciará un proceso hacia la independencia de la región, según la hoja de ruta pactada con fuerzas y colectivos independentistas.
"Yo soy partidario de que gobierne siempre la lista más votada, pero en este caso hay una lista que lleva como programa electoral la ruptura de las reglas del juego (...) Toda regla general tiene su excepción", explicó hoy Rajoy a los micrófonos de Onda Cero.
En la recta final de la campaña electoral catalana, la batalla del gobierno español para desmovilizar el voto independentista se está jugando en el terreno económico. "(Los independentistas) se están presentando con una declaración de independencia y lo que pueden generar es ahondar en una declaración de insolvencia", alertó también hoy la "número dos" del gobierno de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría.
Las elecciones del domingo, destinadas a renovar el parlamento regional catalán, son presentadas por los independentistas como un plebiscito a favor o en contra de la secesión.
El auge independentista preocupa más allá de las fronteras españolas porque, según los últimos sondeos, las listas que abogan por la independencia obtendrían mayoría absoluta de escaños. Y el presidente catalán saliente, Artur Mas, y sus aliados soberanistas -de derechas y de izquierdas- prevén lanzar el proceso para la creación de un Estado independiente en un periodo de 18 meses si logran esa mayoría absoluta.
La formación de centro-derecha Ciudadanos, que defiende el mantenimiento de Cataluña en España, llegaría en segunda posición. Una lista de izquierda radical integrada por Podemos sería la tercera, por delante del Partido Socialista y del Partido Popular de Rajoy.
El jefe del gobierno volvió sin embargo hoy a rechazar todo diálogo con Mas, pese a que lo reclaman, en otros, los patrones de las grandes empresas. El proceso independentista "no tiene ningún valor jurídico, desde luego iríamos al Tribunal Constitucional" para impugnarlo. "Y punto", afirmó Rajoy.
"Lo que es España lo tienen que decidir todos los españoles y no unos cuantos", reiteró, denunciando de paso la ausencia de programa por parte de Mas en materia de empleo o educación, y negándose a hablar del deseo de una mayoría de catalanes que, según los sondeos, reclaman un referéndum de autodeterminación similar a los organizados en las regiones canadiense de Quebec o británica de Escocia.
Ya el lunes, el gobernador del Banco de España, Luis Linde, había aludido a los riesgos de una "salida del euro" y a eventuales medidas de control de capitales similares a las adoptadas por Grecia en junio. La prensa española habló de la hipótesis de una inquietante congelación de los haberes bancarios.
Un responsable de la Seguridad Social español también señaló un hipotético problema de pago de las pensiones, en una región con 1.7 millones de habitantes de más de 60 años. Este argumento ya había sido utilizado en Escocia, antes del referéndum de autodeterminación de 2014, en que ganó el "no" a la independencia por clara mayoría.
El presidente catalán no apreció estas advertencias y agitó a su vez una amenaza, asegurando que la región podría, por su lado, dejar de reembolsar su parte de la deuda pública española, es decir 32.8% del total. "El precio a pagar en ausencia de un acuerdo podría ser implacable", lanzó Mas.
Durante un mitin el domingo, se había mofado de los grandes "jefes" -del Partido Popular, del Partido Socialista y de Podemos- llegados a "la reserva catalana para decirle a los indígenas lo que deben votar" y llamó a los electores a hacerles "un gran corte de manga" votando por su lista.
"Coleta morada no entender", respondió Pablo Iglesias ironizando con su propia cola de caballo y el color de su partido, Podemos, antes de fustigar la "lengua de serpiente" de Mas.
"Que un gobernante que aspira a ser presidente de un país independiente (...) se presente ante los mercados internacionales financieros diciendo que no va a pagar la deuda pública española" es "irresponsable", denunció por su parte en la televisión privada Telecinco el jefe de la oposición socialista Pedro Sánchez.
En Cataluña viven 7.5 millones de personas, un 16% de la población de España. Esta potente región del noreste produce una quinta parte de la riqueza nacional y representa un cuarto de sus exportaciones. "La ruptura, una supuesta ruptura de Cataluña supondría la ruina no solamente de Cataluña, sino del resto de España", aseguró Sánchez.
Pilar Rahola, columnista del diario catalán La Vanguardia, consideró este martes que si "lo único que tienen para ofrecer (a los catalanes) son amenazas, catástrofes y terror, realmente están muy desconcertados y asustados". "Y esa técnica ya no funciona cuando un pueblo ha alcanzado su madurez colectiva", según esta independentista.