Grupos civiles y religiosos expresaron este jueves su deseo por que el mensaje de compasión por los migrantes del papa Francisco inspire a los políticos estadunidenses durante su visita a Washington y reavive la lucha por la reforma migratoria.
Cuando el sumo pontífice pronuncie un discurso ante una sesión bicameral del Congreso el 24 de septiembre, decenas de organizaciones a favor de los inmigrantes esperan que los congresistas "le abran sus mentes y sus corazones al mensaje del papa".
"Oramos porque este encuentro entre el Congreso y el Papa nos pueda llevar a reabrir un debate, un debate honesto, un debate que nos lleve a una solución que sea consistente con los principios de todas nuestra tradiciones de fe y que trate a inmigrantes con la dignidad que merecen", dijo el líder sindical Eliseo Medina, leyendo un comunicado firmado por más de 230 organizaciones.
El papa Francisco "nos ha inspirado con su llamado a la dignidad de todos, incluidos los inmigrantes", explicó Medina, ex secretario del Sindicato Internacional de Trabajadores de Servicios (SEIU).
Medina presentó en Washington junto a líderes de organizaciones religiosas y de defensa de los inmigrantes un manifiesto, firmado por más de 230 entidades e individuos, en el que convocan a un "día nacional de oración" el 24 de septiembre, en coincidencia con el discurso que el pontífice pronunciará en el Congreso.
Según Medina, el objetivo es conseguir, con ese día de oración, que los congresistas "abran sus mentes y corazones al mensaje" del papa, que lo "interioricen" y se "reabra el debate" sobre la reforma migratoria.
La jornada de oración comenzará la medianoche del día 23 y ya hay una veintena de estados, entre ellos Nevada, Colorado y Florida, que están preparando concentraciones, de acuerdo con los organizadores.
Pero más allá de las palabras, las organizaciones, impacientes por la inacción de los legisladores y las trabas en las cortes contra medidas a favor de inmigrantes, esperan también que la visita del primer papa latinoamericano a Estados Unidos contribuya a reavivar el movimiento a favor de la reforma migratoria.
"Si queremos que la esperanza triunfe esta vez en este tiempo de desafíos debemos actuar", dijo la presidenta del movimiento de base hispano Consejo Nacional La Raza, Janet Murguía. Murguía sostuvo que el mensaje del papa Francisco es "de esperanza" y, en estos momentos, "una luz en la oscuridad para muchos hispanos".
Quienes puedan nacionalizarse ciudadanos estadunidenses deben hacerlo, registrarse para votar y ejercer el voto en las presidenciales de 2016, indicó Murguia, al mismo tiempo que algunos precandidatos, como el republicano Donald Trump, han avanzado en las encuestas gracias a una ola de rechazo hacia los inmigrantes indocumentados.
Francisco hablará ante los 535 legisladores del Senado y la Cámara de Representantes, dominados por el Partido Republicano que se opone a la reforma del presidente Barack Obama que abría la vía a la ciudadanía a los once millones de indocumentados -principalmente latinos.
El proyecto fue aprobado en 2013 en el Senado pero naufragó en la cámara baja. Aunque "no sabemos exactamente qué dirá el Santo Padre (...) él ha sido un fuerte defensor de los inmigrantes, refugiados, víctimas de los traficantes y desplazados", señaló el cardenal Theodore McCarrick, ex arzobispo de Washington.
Pero "el propósito de la visita del Santo Padre no es intervenir en la política" estadunidense ni tampoco "transformar opiniones", dijo McCarrick. "Sino que su propósito se trata esencialmente de transformar los corazones", añadió, de los legisladores para retomar el debate sobre "la reforma migratoria y la dignidad humana".
El cardenal recordó las "cosas terribles" que ocurren cada día en la frontera sur de EU, dijo que "es el momento" de hacer algo y que "hay que soñar". De hecho, en el manifiesto presentado hoy, los firmantes subrayan que la visita del pontífice llega "en un momento crucial" en el que "los políticos, de nuevo, están ignorando la crisis moral y humanitaria" causada por un sistema de inmigración "roto".
"Con cada día de inacción" continúan muriendo en la frontera personas "en busca de un futuro mejor", más familias "son separadas por deportaciones innecesarias" y millones de indocumentados "son forzados a vivir en las sombras", sujetos a "discriminación y explotación", advierten.
Además, denuncian que, en lugar de ofrecer soluciones "razonables" para mejorar el sistema migratorio, algunos aspirantes republicanos a la Casa Blanca han optado por "una retórica llena de odio" hacia los inmigrantes.
El magnate Donald Trump, el aspirante republicano mejor situado en las encuestas, ha calificado de "criminales" a los inmigrantes mexicanos y promete que, si llega a la Casa Blanca, deportará a todos los indocumentados, una idea que también respaldan algunos de sus rivales conservadores.
"Nuestras familias están bajo ataque", remarcó en la conferencia Jaime Contreras, que llegó indocumentado a EU desde El Salvador con trece años y hoy forma parte del sindicato SEIU. El Senado de EU aprobó en 2013 un proyecto de ley bipartidista para una reforma migratoria que no llegó a ser debatido en la Cámara de Representantes.
Por su parte, el presidente de EU, Barack Obama, anunció en noviembre pasado una serie de medidas ejecutivas para regularizar temporalmente a unos cinco millones de indocumentados.
Esas medidas fueron suspendidas por un juez federal de Texas en febrero y el caso está ahora en manos del Tribunal de Apelaciones del Circuito Quinto, con sede en Nueva Orleans, uno de los más conservadores del país y que debe fallar sobre su legalidad.
En la capital estadunidense y en una veintena de Estados las organizaciones realizarán una jornada de oración entre el 23 y el 24 de septiembre. En Washington, el Papa también se reunirá con Obama en la Casa Blanca, antes de viajar a Nueva York y Filadelfia.