Los ánimos ya estaban caldeados desde un principio. El juego de cuartos de final de la Copa del Mundo de 1954 era entre Brasil y Hungría, y ninguno de los dos equipos estuvo dispuesto a dar un paso atrás.
Ambas selecciones venían a muy buen paso, pero al entrar a la cancha del Wankdorfestadion en Berna, Suiza, la agresividad de ambas escuadras llegó a un punto tan álgido que la prensa británica decidió acuñar el término “batalla”, pues según el enviado de The Times nunca le había tocado ver un partido en donde utilizaran como parte de la estrategia "Nunca en mi vida he visto entradas tan crueles, derribos de oponentes como si llevasen una guadaña, seguidos de actitudes amenazantes y golpes maliciosos cuando el árbitro no estaba mirando" .
Ante 60 mil espectadores, los de Hungría se impusieron 4-2 a un Brasil que buscaba la revancha por el título, pues llegaba como subcampeón. Esa noche el árbitro Arthur Ellis repartió tres tarjetas rojas.

En el primer tiempo todo comenzó con la tranquilidad de un juego que era por eliminación directa, pero un penal de Djalma Santos fue el detonante que inició con un incremento progresivo de la violencia. En el segundo tiempo, József Bozsik fue derribado por Nilton Santos y como respuesta se agarraron a golpes en plena cancha, por lo que fueron expulsados. La tercera tarjeta roja que Ellis repartió fue para el brasileño Humberto en el minuto 79 por golpear a un húngaro.
Al término del juego, aficionados cariocas brincaron a la cancha buscando al árbitro, pero eso desencadenó una batalla campal que llegó hasta los vestidores.
Pinheiro fue descalabrado por el entonces goleador y multicampeón con el Real Madrid, Ferenc Puskás – quien no jugó por lesión, pero estaba en las gradas y decidió aventar una botella de vidrio – y los directores técnicos se agarraron a golpes en el túnel. Todo terminó cuando las fuerzas policiales irrumpieron.
"Pensé que iba a ser el mejor juego que jamás hubiera visto. Estaba en la cima del mundo. Si la política y la religión tenían algo que ver con eso, no lo sé, pero se comportaron como animales. Fue una desgracia. Fue un partido horrible. En condiciones normales tendría que haber habido tantos expulsados que el partido tendría que haberse abandonado. Mi única intención era conseguir llevar el encuentro hasta el final" declaró tras el encuentro el árbitro y que fue rescatada por The Independent.
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— OldFootballPhotos (@OldFootball11) October 17, 2022
Hungría llegó a la final, pero cayó ante Alemania, sumando su segundo mejor resultado histórico en una Copa Mundial, pero dejaron su época dorada y desde entonces no ha podido acercarse a la cima. El país tiene 32 años de no clasificarse.
DAO