Cada mes Sylvana Beltrones cumple, sin falta, con su rutina de autoexploración, ayudada de una agenda -rigurosa y ocupada como ella- no olvida el día preciso en que debe hacerlo. Es un acto natural, un hábito adquirido desde hace más de diez años cuando el cáncer se inmiscuyó en la vida de familia y de un momento a otro se llevó a su abuela, Beatriz, considerada el pilar de los Beltrones. No hubo forma de responder.
Por eso, la hoy diputada sonorense cumple con su hábito cada mes, tiene sus recordatorios y no deja de cumplirlos, es un compromiso con ella misma, con sus hijas, con su familia “no hay mejor detector que tú”, dice, “tú te conoces, conoces tu cuerpo y debes hacerlo así como lavas tus dientes o te peinas”.
Cuando se logra superar el dolor de una pérdida y ese dolor se convierte en coraje para enfrentar una enfermedad que en México termina con la vida de una mujer cada 90 minutos y cada media hora se diagnostica un nuevo caso, se puede cambiar no solo la propia vida, sino también la de muchas otras personas y sus familias.
Así fue como nació la Fundación Beatriz Beltrones en Sonora que, en casi once años ha atendido a 220 mil mujeres, cifra que comparada con las del INEGI, ha alcanzado a atender a una tercera parte de la población del estado en edad de riesgo, “cada año se intenta llevar a 25 mil mujeres a que se hagan sus estudios”, señala Sylvana.
La fundación tiene tres unidades médicas móviles, de esta forma pueden llegar a cada municipio del estado, en las que se pueden realizar mamografía y papanicolaou a cada mujer que asista. En caso de que algún diagnóstico pudiera resultar sospechoso de cáncer, a esa mujer se le canaliza al Hospital Oncológico de Sonora para que sea atendida inmediatamente en alguna de sus clínicas.
Además, explica, que una mujer sobreviviente de cáncer sea dada de alta no significa que se le deje de dar seguimiento, “estamos en contacto con las mujeres de la fundación, no solo las que fueron sospechosas de cáncer, también las que están bien. Puedes estar bien este año, pero el otro no, nada es seguro y nadie está exento”.
Un mensaje claro para todas las edades
El cáncer de mama o el cáncer cervicouterino no es privativo de mujeres mayores de 40 años, aunque sí hay una edad de mayor riesgo, también existen casos de jóvenes de entre 17 y 30 años a quienes se les detectan células cancerígenas.
Incluso, en las clínicas móviles de la fundación ya se han presentado casos de jóvenes de 20 años con cáncer de mama. Por esto, cualquier oportunidad es buena para llegar a todas las mujeres: eventos de entrega de juguetes a niños, visitas a secundarias, maratones o torneos de golf, “mucha gente me ha criticado porque también aprovecho para entregar juguetes, pero mi tirada es llegar a las mamás, a las hermanas, para que escuchen el mensaje. También damos pláticas para adolescentes y entregamos información en escuelas y hospitales”, explica Sylvana.
Otro problema que poco a poco se ha ido venciendo es que hace unos años la mamografía era gratuita únicamente para mujeres de 50 años o más, y hoy, después de mucho pelear, en Sonora este examen médico es gratuito para todas las mujeres a partir de los 40 años.
A sus 33 años, Sylvana Beltrones se practica estos exámenes religiosamente cada año, “yo voy porque si ya tienes antecedentes y varios factores que te indiquen que eres propensa a tener cáncer, de lo puedes hacer desde antes”, dice esta mujer que desde los 24 años es miembro activo de la fundación y hoy es su presidenta, “es muy duro romper todos esos esquemas. Dentro de la clínica yo lo práctico y me gustaría que algún se implemente esto dentro del sistema de salud”.
Un tema cultural
En un país donde el machismo puede provocar que las mujeres no acudan a realizarse ningún estudio médico, combatir enfermedades como el cáncer de mama o el cáncer cervicouterino resulta una labor titánica.
Para hacer llegar el mensaje a todas las mujeres y a sus propios maridos de la necesidad que hay de realizarse estos análisis, los mejores aliados son los mismos hombres. “Lo que procuramos es que sean los hombres los que digan los mensajes para animar más a las mujeres y, sobre todo, que se haga hincapié en que quienes las van a atender es personal femenino para que se sientan en un ambiente más cómodo y seguro”.
Aunado a esto, en el último año la campaña de concientización invita a que las mujeres acudan a las clínicas acompañadas de su pareja, no solo como una forma de apoyo, sino para enviar un mensaje claro: el cáncer de mama no es privativo de las mujeres, también los hombres pueden padecerlo.
La agenda legislativa
A partir de este año, Sylvana Beltrones escaló en su carrera política, ahora como diputada plurinominal del PRI por el estado de Sonora, tiene objetivos claros y cada uno, aunque distinto entre sí, hablan de sus distintas etapas laborales. Recientemente presentó un punto de acuerdo que fue aprobado de manera unánime por todos los grupos parlamentarios, sobre el combate al tráfico de menores en Sonora, el cual ha sido escuchado también por la Comisión Nacional de Derechos Humanos, donde trabajó.
Otro tema relevante es el sector turismo, luego de haber trabajado en el Fondo Nacional de Fomento al Turismo, la diputada pretende presentar proyectos relacionados, “conozco el potencial que tiene nuestro país y lo que se puede realizar desde aquí”. Sin embargo, uno de sus puntos más fuertes es el tema de salud. Con más de 10 años trabajando en el crecimiento de la fundación, se plantea cubrir temas importantes: combate a la crisis de salud en el estado de Sonora bajando recursos para clínicas públicas desde la Cámara de Diputados, educación (“hay mastógrafos, pero no hay técnicos que los operen”, explica) y buscar la inclusión del cáncer de ovario en el Seguro Popular (“existen varios tipos, pero solo está considerado uno”).
La idea es combinar su trabajo legislativo con su labor en la asociación y sus tareas como parte del patronato del Instituto de Cancerología.