El papa Francisco dio un pequeño paseo durante su visita de tres días a Bangladesh, pero ahora no fue en el "papamóvil", sino en el "paparickshaw", un medio de transporte popular en el sur de Asia.
Antes de un encuentro interreligioso en la residencia del arzobispo de Daca, el Pontífice, de 80 años, recorrió unas decenas de metros sentado en la parte trasera de un colorido 'rickshaw' a pedales. El vehículo, totalmente nuevo, había sido personalizado con barreras de seguridad para la ocasión.
"Sonrió todo el camino. Estoy seguro de que apreció el trayecto", declaró el padre Augustine Bulbul Rebeiro, quien siguió a pie este insólito cortejo papal.
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El conductor de la bicicleta parecía por su parte encantado de llevar a tan prestigioso pasajero, que le dio las gracias con un pellizco en la mejilla. "¡No sé cómo expresar mi alegría! ¡Estoy tan emocionado!", exclamó Sagar Corraya.
En la anterior visita papal, que se remonta a 1986, Juan Pablo II también dio un paseo en 'rickshaw'. En Bangladés, estos taxis baratos y muy numerosos están a menudo decorados de todos los colores.
Cultivando su imagen de "papa de los pobres", Francisco hizo su entrada el viernes por la mañana en una gran misa al aire libre en Daca, en la parte trasera de una modesta camioneta, a la que se había fijado un cristal de protección.
En un ambiente sencillo y festivo, el jefe de la Iglesia católica presidió una ceremonia ante 100 mil fieles de la minúscula comunidad católica de Bangladés, país de 160 millones de habitantes entre los más pobres del planeta.
ESS