La tarde de ayer la familia real noruega dejó a un lado sus quehaceres reales para festejar los 10 años de vida de la princesa Ingrid Alexandra, primogénita del príncipe heredero Haakon y la princesa Mette-Marit. La celebración fue de carácter privado en la que asistieron los familiares de la princesita así como algunos de sus amiguitos del colegio.
Uno de los regalos más bellos que pudo recibir Ingrid Alexandra en ese día tan especial fue la presencia de sus padres, quienes aplazaron su vuelo a Suiza para el siguiente día, donde participarán en el Foro Económico Mundial de Davos.
La futura reina de Noruega aventó al cielo los 10 globos que la acompañaron en las imágenes que la fotógrafa noruega, Sølve Sundsbø, tomó para la ocasión el verano pasado y que el día de ayer fueron publicadas por el acontecimiento en el sitio oficial de la realeza Noruega.
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