Lo sucedido anoche se tenía que festejar a como diera lugar, así, en grupos, los aficionados de los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León fueron llegando a pie, carro o camioneta al lugar de tradición, la Macroplaza.
No importó cómo se obtuvo el campeonato sobre los Pumas de la UNAM, con un final cardíaco, tiempos extras, no se diga y los penaltis de igual manera; tampoco importaba que fuera domingo por la noche, ya casi el amanecer del lunes, la alegría era inmensa en los hinchas, seguidores del equipo felino, de San Nicolás de los Garza.
El sonido de los cláxones se escuchó al momento en que el defensa de Tigres, Israel Jiménez, anotó el penal decisivo.
Las calles de Monterrey y su zona metropolitana se vieron "inundadas" de vehículos, de aficionados con banderas.
Se montó un impresionante operativo por parte del personal de Seguridad Pública y Vialidad del municipio de Monterrey y de la Fuerza Civil de Nuevo León, en los alrededores de la Macroplaza, así como por parte de paramédicos de la Cruz Roja Metropolitana y Cruz Verde.
La avenida Zuazua fue cerrada a la circulación vial hacia el norte desde la calle Padre Raymundo Jardón en la Catedral, desviando los coches por Doctor Coss y permitiendo el paso a los aficionados a pie, para una mayor seguridad, de la misma manera que por la calle Zaragoza.
Niños, jóvenes, adultos y ancianos vivieron la fiesta en paz hasta el amanecer de este lunes con un solo grito: Tigres campeón del fútbol mexicano.