Los solicitantes de estas impresiones corporales son en su mayoría jóvenes, quienes buscan verse originales, atrevidos, pero sobre todo, definir una identidad acorde a su grupo social.
Los expertos en salud mental afirmaban hasta hace pocos años que quienes tatuaban sus cuerpos tenían la necesidad de autoflagelación, o incluso compensaban con este tipo de marcas indelebles las necesidades no satisfechas de contacto físico.
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Al margen de la validez de estas tesis, la aplicación de tatuajes y de piercings es una moda que, como el dólar y la gasolina, van en franco aumento en los últimos años.
Tal vez todo deriva de que muchos ídolos juveniles, desde artistas hasta deportistas, exhiben con orgullo este tipo de "decorado corporal", la mayoría de ellos en brazos, piernas y torsos.
Pero también hay sitios del cuerpo más "exóticos" para aplicar los tatuajes, como la espalda, el cóccix o incluso las nalgas y el pubis.
Es la moda, es el modo de estar a tono con lo que marcan los ídolos de las nuevas generaciones, no importa si duele o infecta, hay que hacer lo que hacen los grandes...