Desde la perspectiva de Francisco Valdés Perezgasga, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) y ambientalista en la Región, los organismos operadores de Torreón, Gómez Palacio y Lerdo no publican con exactitud la cantidad de arsénico en el agua de ingesta.
Aseguró que el agua que se purifica a través de los filtros a pie de pozo, se inyecta a una red que tiene un 50 por ciento de fuga, es decir, que la mitad de ese líquido que tanto costó tratar se tira y una vez que llega a las viviendas, se utiliza en lavar el coche, regar las plantas por lo que se considera que es un desperdicio de dinero esta opción de purificación del líquido.
[OBJECT]"Desde un principio hemos propuesto a Simas, quienes fueron los primeros que instalaron los filtros a pie de pozo, que una vez tratada el agua, se llenen garrafones para que posteriormente se distribuya a un precio módico o se regale a las personas y que sigan recibiendo el agua con arsénico para que realicen otras actividades", añadió.
Otra de las desventajas que se pueden observar en los filtros a pie de pozo, además de lo ineficientes que pueden resultar, es que utilizan tecnologías demasiado caras, por ello es que deberían de utilizarse de la mejor manera y en el inter, que informe la calidad de agua que se entrega.
"Tengo entendido que se está revisando la Norma Oficial Mexicana para igualarla a los indicadores internacionales, pero no lo hacen por su buen corazón, ni porque les interese la salud de los mexicanos, sino obedece a que en Estados Unidos el límite permitido es de 10 microgramos de arsénico por litro".
"Entonces cualquier producto que tenga como base el agua y se quiera exportar se tiene que cumplir con la norma ya sea refrescos, jugos o leche", aseguró.
Finalmente comentó que no se tienen actualizaciones sobre los niveles de concentración de arsénico en el agua de ingesta por parte de la autoridad.