A las 7:19, hora en que ocurrió el terremoto del 19 de septiembre de 1985, la jefa delegacional en Iztapalapa, Dione Anguiano, encabezó una guardia de honor en la cripta que ocupa la fosa común del Panteón Civil de San Lorenzo, donde fueron depositados los restos de las personas que murieron en ese evento y que no fueron reconocidas y reclamadas por familiares.
“A 31 años de este gran sismo, no podemos resolver ni predecir lo que la naturaleza nos da, pero sin duda este acontecimiento representa un parteaguas en materia de prevención para la Ciudad de México”, dijo frente al monumento referido, donde está la única fosa común con los restos de personas que no fue posible identificar en ese acontecimiento.
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Anguiano dijo que hoy el compromiso con la sociedad es en materia de prevención y protección civil.
"Iztapalapa trabaja para fortalecer la cultura de la prevención, no solo en materia de sismos, sino en todos los riesgos, este es el mejor homenaje que podemos hacer a nuestros muertos”, expuso.
La jefa delegacional encabezó la ceremonia luctuosa, con el izamiento y honores a la Bandera en la plaza cívica, posteriormente colocó una ofrenda floral en el sepulcro de la fosa común, donde se guardó un minuto de silencio.
Al mediodía colocó una placa conmemorativa en dicha fosa común como homenaje a las personas que perdieron la vida en el movimiento telúrico de 1985.
MSP