Fue en 2019, que el Papa Francisco recibió a los relatores y organizadores del congreso por los 40 años de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Puebla de los Ángeles.
En este sentido para el Papa, el estado poblano sentó las bases y abrió caminos hacia Aparecida, por lo que les recordó los tres puntos fundamentales de esta Conferencia: Juan Pablo II y Puebla, haberse preparado apoyándose en la Evangelii Nuntiandi de Pablo VI, y partir de las opciones “proféticas” de la anterior conferencia, la de Medellín.
El congreso, se realizó en la curia general de los jesuitas en Roma, y fue organizado por la Pontificia Comisión para América Latina y el Pontificio Comité de Ciencias Históricas.
En ese sentido, el Papa recordó que en ese entonces él era superior de los jesuitas en Argentina y siguió la realización de Puebla con mucha atención e interés todo el intenso y apasionado proceso de preparación de esa tercera Conferencia.
"Tuve presente tres hechos sobresalientes que, sin duda, iban a encaminar el evento; El primero de ellos fue la decisión de San Juan Pablo II de realizar su primer viaje apostólico precisamente a México y de pronunciar el discurso inaugural de la Conferencia, que indicó con claridad los caminos para su desarrollo. Fue como la inauguración de su largo, itinerante y fecundo pontificado misionero'", dijo.
Asimismo, "El segundo hecho que me pareció fundamental desde el principio de la preparación de la Conferencia fue tomar la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi de San Pablo VI como telón de fondo y fuente de referencia para toda su realización. No pocas veces he repetido que, para mí, la Evangelii nuntiandi es un documento decisivo, de gran riqueza, en el camino postconciliar de la Iglesia. Siguiendo su estela y junto con el Documento de Aparecida, vino la exhortación apostólica Evangelii gaudium".
Cabe señalar que el documento de Aparecida fue el texto en el que se recogió las conclusiones de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano realizado en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida en Brasil, en mayo de 2007, evento que fue inaugurado por el Papa Benedicto XVI.
En esa oportunidad, el entonces Cardenal Jorge Mario Bergoglio, que era Arzobispo de Buenos Aires, fue el presidente del comité de redacción del documento de Aparecida.
El Papa Francisco dijo luego que "el tercer hecho importante fue tomar como punto de partida las intuiciones y opciones proféticas de la Conferencia de Medellín para, en Puebla, dar un paso más adelante en el camino de la Iglesia latinoamericana hacia su madurez. Sé que ustedes están estudiando con proyección los contenidos de la Conferencia de Puebla".
La Conferencia de Medellín fue la segunda de este tipo y se realizó en esa ciudad colombiana con la participación del Papa San Pablo VI en 1968.
En Puebla en 1979, continuó el Papa Francisco en su discurso, algunos de los contenidos tenían que ver con "la novedad de una autoconciencia histórica de la Iglesia en América Latina; una buena eclesiología que retoma la imagen y el camino del pueblo de Dios en el Concilio Vaticano II; una mariología bien inculturada; los capítulos más ricos y creativos sobre la evangelización de la cultura y de la piedad popular en América Latina; la crítica valiente del desconocimiento de los derechos humanos y libertades en aquellos tiempos que se vivían en la región y las opciones por los jóvenes, los pobres y los constructores de la sociedad".
"Se puede decir que Puebla sentó las bases y abrió caminos hacia Aparecida. Bastaría afirmar solo esto para destacar la buena oportunidad de conmemorar sus 40 años, no solo mirando hacia atrás, sino proyectándola hasta nuestros días eclesiales", concluyó.
CHM