Si bien la prostitución es conocida por la mayoría, en Nuevo León existe una población invisible que ejerce dicho trabajo para subsistir.
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Vulnerables a la pobreza, ignorancia y falta de oportunidades hombres migrantes y de la comunidad indígena prestan servicios sexuales sin protección a cambio de 50 pesos, o incluso, por comida.
Esta actividad se realiza a plena luz del día, a la vista de todos y en un lugar ícono de Monterrey: la Alameda Mariano Escobedo.
"Hablar de 100 pesos para un joven, un migrante, a uno se le hace poco, pero para ellos es un asunto de comer. Es un problema de salud pública y vemos todo este contexto de migración que esta ahorita en la boca de todos.
"En el caso de las personas migrantes, lo ejercen como una forma de sobrevivir. Están muy fuera de sus contextos familiares, no tienen manera de un trabajo formal y tienen que ofertar su trabajo sexual, aunque muchos de ellos no lo conciben como un trabajo sexual, sino como un método para sobrevivir", señaló el representante de la Asociación Colectiva por los Derechos Humanos AC, Abel Quiroga Quintanilla, quien ha luchado por los derechos del trabajador sexual en el estado de Nuevo León.
Notivox Monterrey acudió a La Alameda y se detectó al menos una docena de sexoservidores migrantes que se encontraban a la espera de clientes.
De manera encubierta se les solicitó un servicio sexual y señalaron que el costo era de 100 pesos, aunque le negociación final fue brindarlo por 50 pesos. Además, accedieron proporcionar el servicio sin protección y sin alguna cartilla de sanidad.
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La mayoría, generalmente, proviene de San Luis Potosí, Oaxaca y Chiapas. En menor cantidad, también se observan hombres provenientes de países como Guatemala, Honduras y El Salvador.