Los concesionarios de las rutas de microbuses que operan sobre avenida Tláhuac, aseguran que con sus unidades podrían reemplazar a los casi 300 camiones RTP que dan servicio provisional a los usuarios afectados por el cierre de 11 estaciones de la Línea 12 del Metro.
"Si el parque vehicular sigue intacto, por qué no somos nosotros los que prestamos el servicio gratuito, porque RTP no lo hace gratis, a ellos les paga el Metro. Nosotros podíamos darle el servicio y que Metro nos pagara a nosotros", afirmó Patricia Illescas, tesorera de la agrupación Autotransportes Integrales de Tláhuac (Atitsa), que concentra las tres rutas principales que circulan sobre avenida Tláhuac: 56,44 y 12.
Illescas explicó que la vialidad está saturada, problema que se agrava con los camiones RTP haciendo filas frente a las estaciones cerradas y provoca que en algunos puntos solo haya un carril por donde circular.
"Existió un mal trazo de la línea, teníamos cuatro carriles y ahora hay tramos donde quedó solo uno", indicó.
La agrupación cuenta con 90 unidades de la Ruta 56, la cual circula sobre avenida Tláhuac, donde son los únicos transportistas concesionarios que pueden hacerlo y tiene más de 80 por ciento de su derrotero en esa vía primaria.
Para el traslado de los usuarios afectados podrían aportar, además de las unidades de la Ruta 56, otras 80 pertenecientes a la Ruta 44, que también circulan sobre la avenida, pero en tramos más pequeños, no mayores a 15 kilómetros.
Con la construcción de la Línea Dorada los transportistas concesionados perdieron 50 por ciento de sus usuarios; sin embargo, nunca recibieron la indicación de Setravi de reducir su parque vehicular ni reubicarlos en otros ramales y líneas secundarias.
Los transportistas aseguran que parte del problema es que muchos capitalinos, que habían dejado de usar su automóvil, regresaron a este medio de transporte para poder trasladarse.
"Antes hacíamos unos 30 minutos en llegar a Tasqueña, pero ahora nos tardamos mínimo una hora", asegura Illescas.
Desde que surgió la Línea 12, Atitsa presentó un proyecto para reducir los contaminantes provocados por la saturación vehicular. Adquirió tres unidades piloto que funcionan con gas natural, pero no han tenido respuesta de la Setravi sobre qué les falta para poder implementar el plan a gran escala.
"La Línea 12 casi nos dejó en la lona, pero aun así estamos proponiendo la solución en la zona, es integral y certera", dice la representante de los transportistas. "Si hubiera un proyecto maestro de transporte de la ciudad, no hubiéramos comprado más unidades poco antes de que arrancara el proyecto de la Línea 12".
Illescas, quien representa a más de 400 concesionarios, asegura que es necesaria la acción de las autoridades para efectuar un reordenamiento en toda la zona.
Tierra de nadie
La solución para aminorar el tránsito vehicular en la avenida Tláhuac, aseguran los transportistas, no se limita a reducir el número de vehículos de transporte público, sino que incluye regular a otros medios de transporte que se encuentran en la zona, como bicitaxis y mototaxis que, sin estar autorizados por la Setravi, ingresan a vías primarias.
Aunque a decir de los concesionarios, el principal problema es la falta de voluntad política para acabar con las 10 bases de taxis pirata que, como lo dio a conocer MILENIO, operan afuera de las estaciones Olivos, Nopalera, Zapotitlán, Tezonco y Tláhuac.