Para ninguna de las familias que por años ha buscado a un ser querido, es grato encontrarlos en una fosa común, sin embargo, cientos de ellas, esperan tener al menos la certeza y la tranquilidad de lo que ocurrió con sus hijos, hijas, esposos y/o hermanas desaparecidos, muchos de ellos, en la época de mayor violencia en Coahuila.
Rosa Angélica García, es originaria de Piedras Negras y desde hace ocho años busca a su hijo Jaime César, quien desapareció el 6 de enero de 2011.
Aunque no tiene ningún indicio de que pudiera encontrarlo en una de las fosas del panteón La Paz de Saltillo, en donde este martes se exhumaron entre 37 y 40 cuerpos, afirma que acompañará a las otras familias que también le han brindado esperanza.
Jaime vivía en Estados Unidos y como cada año viajaba a México para pasar la Navidad y Año Nuevo con sus padres, sin embargo, el 6 de enero de 2011 en Piedras Negras fue la última vez que lo vieron junto con otras cuatro personas, cuyas familias también viven el diario viacrucis por encontrarlos.
“Mi hijo era técnico en máquinas y herramientas, se dedicaba al aire acondicionado y refrigeración en Estados Unidos”, comenta su madre quien, recuerda, hoy tendría 37 años de edad, pues desapareció a los 29 años.
Asegura que se encuentran en Saltillo por ser la primera ocasión en que se realiza una exhumación múltiple, y a nombre de todas las integrantes de los siete colectivos que hay en Coahuila, esperan respuesta de las autoridades y la certeza en las investigaciones que se realizan para la búsqueda.
“Todas tenemos la esperanza, no tenemos la confirmación ni la certeza de mi hijo, pero estamos acompañando a una de las familias que tiene mayor seguridad de que su ser querido está en este lugar”, expresó.
A pesar de las líneas de investigación que se han estado siguiendo, Rosa Angélica manifiesta que no hay resultados concretos ni datos contundentes de lo que pudo haber ocurrido con su hijo.
Destaca que presentó la denuncia un año después tanto en el Ministerio Público estatal como federal, pero en ninguno existen avances en las investigaciones de la mayoría de los casos, “eso es lo que adhiere más dolor a nuestro corazón después de la pérdida de nuestros seres queridos, esto hace que haya más dolor y tristeza, angustia y desesperación, porque no tenemos la respuesta que tenemos”, expresó.