Una oleada de 11 mil 900 migrantes africanos, en su mayoría procedentes del Congo, que huye de los conflictos bélicos así como de la pobreza y que se dirigen a Estados Unidos en busca de asilo político, ha ingresado a México a través de Tapachula, Chiapas, en un lapso de solo cinco semanas, informó Jordán de Jesús Alegría Orantes, delegado federal del Instituto Nacional de migración (INM) en esa entidad.
“Tenemos un flujo migratorio que hemos visto en los últimos tres años de manera regular; pero en agosto pasado, a partir del día 22, empezamos a tener los incrementos muy considerables de extracontinentales y hasta el 25 de septiembre tenemos un total de 11 mil 900 registros de extranjeros”, indicó Alegría en entrevista con MILENIO.
El funcionario detalló que en 2013 la estación migratoria Siglo XXI en Tapachula registró la llegada de 668 migrantes de África y en menor medida de Asia; para el siguiente año, entraron mil 279 y en 2015 la cifra se incrementó a 3 mil 200 ingresos.
Según el INM, los migrantes proceden principalmente de la República del Congo, en África; en segundo lugar, de Nepal, en Asia, y posteriormente Ghana, Senegal y Somalia, países africanos.
Emprenden un camino de entre tres y cuatro meses desde África hasta la frontera sur de México. Cruzan el océano Atlántico por la vía marítima o aérea para llegar a Sao Paulo, Brasil.
De ahí, se mueven a través de la selva para continuar por Perú; en autobuses, camionetas y tramos a pie o en lancha, se trasladan por Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala, hasta llegar a Chiapas.
“Hasta el momento no tenemos solicitudes de refugio, nos manifiestan que pretenden llegar a Estados Unidos y únicamente utilizando territorio mexicano como tránsito”, apuntó Jordán Alegría.
A pregunta expresa sobre si estamos ante un problema de crisis humanitaria, el funcionario señaló que se trata de “una cuestión atípica”.
Destacó que se prevé que este flujo migratorio continúe por algún tiempo, aunque indicó que hay que revisar los registros en Centro y Sudamérica, “si hay más gente todavía”, agregó.
En promedio, los migrantes tienen entre 26 y 35 años; no obstante, Jordán Alegría puntualiza que en los últimos días se ha incrementado la presencia de menores que viajan con sus padres y mujeres embarazadas, representando entre 10 y 15 por ciento del total de migrantes que a diario solicitan los oficios de salida, “el cual les da una vigencia de 20 días para que transiten con pleno respeto a sus derechos humanos”.
Sin embargo, los migrantes con familia se quejan de que la expedición del trámite no es prioritaria para los menores, ni embarazadas, por lo que deben esperar varados en Tapachula hasta un mes y hacer diariamente las filas con la esperanza de que les adelanten la fecha.
“Recibí la ficha para el 3 de octubre, eso es un desorden; tengo 15 días aquí y la gente sola que llega hoy recibe el turno para mañana. Yo que tengo cuatro niñas, estoy pagando el hotel, también ellas deben comer, comprar pañales”, dijo uno de los migrantes preocupados.
De acuerdo con la autoridad migratoria, hasta el momento la presencia de los africanos en Tapachula no ha generado brotes de violencia; por el contrario, ha reactivado la economía de la zona centro, ya que rentan hoteles económicos, desde 100 pesos la noche, consumen alimentos y cuando llega la hora de continuar el viaje, saturan las agencias de autobuses con destino a Tijuana y Mexicali, pagando el boleto en mil 500 pesos por persona.
MO