La apariencia de una persona, incluida su forma de vestir, peinar o tratar su cuerpo, no debe ser motivo de discriminación alguna ni le impide ejercer sus derechos libremente, puntualizó Alejandra Carmona Castañeda, integrante de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México.
La funcionaria de la Defensoría de Habitantes detalló que pese a que cada persona tiene derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera, la discriminación por tener tatuajes y perforaciones es una cuestión cultural que propicia un fenómeno de menoscabo hacia la persona afectando su autoestima.
Refirió que el hecho de que una persona se vea diferente al común denominador dentro de una sociedad, no debe ser impedimento para ejercer sus derechos libremente.
No obstante, reconoció que actualmente las personas con tatuajes y perforaciones en diferentes partes de su cuerpo sufren discriminación debido a los estereotipos que se han creado a lo largo de la historia de la sociedad, como por ejemplo, el relacionarlos con delincuencia, adicciones, pandillerismo, entre otras actividades ilícitas.
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