Urbano Nava Camberos ha dedicado su vida a la docencia y la investigación. Originario del Valle del Yaqui, en Cajeme, Sonora, llegó a La Laguna por vocación académica y desde hace 27 años imparte clases en la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UJED, en la comunidad de Venecia, Durango.
Especialista en el manejo de plagas agrícolas, Nava estudió la licenciatura en la Universidad Autónoma de Chapingo, la maestría en Entomología en el Colegio de Postgraduados, y el doctorado en Ciencias en Entomología en Texas A&M University. Todo lo logró gracias a becas, lo que hoy lo impulsa a ayudar a sus estudiantes a conseguir apoyos similares.

“Como era de familia humilde me fui becado a Chapingo, luego me propuse la maestría y el doctorado. Siempre becado. Hay muchas oportunidades para estudiar así, y nosotros apoyamos a los alumnos para que las aprovechen. Sabemos cómo hacerlo y los orientamos paso a paso”.
Para el profesor Nava, el momento más gratificante es ver a sus alumnos crecer profesionalmente. Ya sea que se titulen, obtengan un posgrado o ingresen al Sistema Nacional de Investigadores, ese reconocimiento lo considera el mayor logro de su labor docente.
“Es muy motivante ver cómo se convierten en maestros o doctores en ciencias, cómo consiguen buenos empleos. Esos logros también nos los llevamos nosotros como profesores”.
Su pasión por los insectos nació en secundaria, donde tuvo maestros que despertaron en él el interés por la ciencia. Hoy, busca generar ese mismo impacto en sus alumnos, formarlos como profesionales pero también como personas responsables, éticas y comprometidas.
Además de su labor en la UJED, trabajó por tres décadas en el INIFAP en Matamoros, y antes impartió clases durante cinco años en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro Laguna (UAAAN).
Reconoce que las nuevas generaciones de estudiantes están fuertemente vinculadas con la tecnología, lo cual, lejos de ser una barrera, se ha convertido en una oportunidad de aprendizaje mutuo entre maestros y alumnos.
“Ellos también nos enseñan. Aprendemos juntos sobre nuevas herramientas digitales. Es muy satisfactorio compartir lo que uno sabe, no solo con estudiantes, también con técnicos y agricultores, para resolver problemas reales”.
Con más de cinco décadas de trayectoria, Urbano Nava es ejemplo de cómo la educación puede cambiar vidas —y de cómo un maestro comprometido puede abrir caminos a muchos más.
edaa