Marlen Sánchez Ortíz, de 20 años y su padre Francisco de 44, llegaron hace dos años de Huajuapan de León, Oaxaca, ella con su clarinete y él con su saxofón recorren las calles de Lerdo en busca de unas monedas a cambio de compartir algunos sonidos, cantos y melodías de su tierra.
Caminando se distinguen porque a pesar de los intensos rayos del sol en este inclemente tiempo lagunero, sonríen y llevan por delante el optimismo que los llevará a alguna casa o algún negocio donde tras disfrutar de sus tonadas, puedan obtener algunas monedas para seguir subsistiendo en esta selva de concreto.
Ella, asegura que desde hace dos años que llegaron ella y su padre a La Laguna, que lo mismo recorren Torreón, que el centro de Gómez Palacio o Lerdo. “Nos han tratado muy bien, la gente es muy buena y nos brinda su apoyo”, dice sonriente al acceder a intercambiar diálogo con el que escribe.
En tanto que su padre, un poco tímido, se retira y no quiere hablar, pues dice que tienen un compromiso con un señor, sin embargo, se regresa y mira a distancia la entrevista con su hija.
Marlen señala que al día sacan un promedio de 300 pesos, suficientes para comer unos dos días y luego salven de nuevo a su ritual artístico, no tienen tarifa fija, ellos tocan y reciben lo que la gente les quiere dar.
Su familia se encuentra en Huajuapan de León, a ellos les logran reunir entre semana una semana unos 600 pesos, mismos que les hacen llegar para cubrir alimentos y demás, en tanto que por camión les mandan alguna que otra despensa y apoyos que aquí les entregan familias bondadosas o autoridades.
Ella apenas terminó la educación primaria, pero le entusiasma lo que hace y le satisface más el saber que ayuda a su padre para sostenerse y encima de ellos reunir un poco del dinero recabado para mandar a sus demás hermanos.
“Tocamos de todo, varias, desde románticas hasta las tradicionales de su tierra, no cobramos una cuota por canción, estamos a lo que sea la voluntad de las personas que nos escuchan”, dijo.
EGO