Jacobo Zabludovsky fue un gran periodista al que muchos le aprendieron. Hoy, durante esta madrugada, murió en la Ciudad de México en el hospital donde fue internado hace algunos días debido a que presentaba un cuadro de deshidratación, el cual se complicó.
Zabludovsky era muy aficionado a la fiesta brava, le gustaba el torero rondeño, el clásico, el arte, y fue partidario de Manolo Martínez.
A Monterrey vino a cubrir grandes acontecimientos, el avionazo en el Cerro El Fraile, donde murió Carlos A. Madrazo el 4 de junio de 1969, y el del asesinato a don Eugenio Garza Sada en septiembre 17 de 1973.
También, estuvo en Monterrey el día 5 de junio de 1971, cuando renunció a la gubernatura, Eduardo A. Elizondo, a quien no pudo entrevistar porque se negó el ex gobernador.
La mañana de ese día, antes de dar a conocer al Congreso del Estado su decisión de renunciar al cargo, estuvo en su despacho para despedirse de sus colaboradores.
También tuvo la gentileza de hacerlo de los periodistas que cubrían esa fuente, los de Monterrey, negándose a atender a los de México.
Su secretario particular Rogelio Villarreal, le dijo que también estaban los periodistas de México y le contestó: "A ellos no los pases, vinieron a ver rodar cabezas, ya lo lograron, rodó la mía".
Zabludovsky llegó a Palacio de Gobierno cuando Elizondo se había retirado y les dijo a las personas que le pedían que no se fuera, "no me hagan más difícil mi partida".
Los periodistas de México le dijeron que no los quiso atender. Preguntó a algunos de los locales y la misma respuesta.
De todos modos le planteó a Rogelio Villarreal, quien limpiaba su escritorio en la secretaría particular del despacho del gobernador, le habló a don Eduardo cuando llegó a su casa, pues no había telefonía móvil, como ahora.
La respuesta fue, interpretada por el propio Rogelio Villarreal: "Dígale que ya no soy gobernador, perdería su tiempo en entrevistarme".
Seguido iba a la Plaza México, comía en el conocido restaurante Los Guajolotes, que ya desapareció y era la antesala del coso capitalino.
Una de las últimas veces que se le vio, fue en una comida en ese lugar previa a una corrida de toros en la Cazuela de Insurgentes, en la que estaba un grupo encabezado por Miguel Alemán y Carlos Bremer Gutiérrez.
Se abría temporada, toreaba Enrique Ponce, torero valenciano que se convirtió en ídolo de la Plaza Mayor del mundo.
"¿Qué dice Monterrey?", preguntó. Pues todo bien, ya hay candidato a la gubernatura, fue Rodrigo Medina, se le contestó.
"Sí, estoy enterado, por cierto encontré en la mañana a tu gobernador Natividad González Parás, quien irá a la corrida esta tarde... entrevístalo", me recomendó.
Y preguntó: "Es muy joven este muchacho, gobernar Nuevo León es una enorme responsabilidad, a ver si no les gana el PAN, jajajaja".
Efectivamente, acudió Nati a ese festejo inaugural de temporada.
Notivox Monterrey presentó una crónica sobre lo que expresó el entonces gobernador, quien acababa de lograr que su pupilo Rodrigo Medina fuera gobernador.
Esa crónica fue relacionada a que si Enrique Ponce hizo gran faena que le valió orejas y rabo, Nati hizo otra mejor, al sacar sin problemas y con apoyo total a Rodrigo Medina, candidato a gobernador.
Descanse en paz, don Jacobo.