En la zona de institutos de avenida San Fernando, al sur de la Ciudad de México, hay un lugar cuyo olor a axiote atrae a cualquier persona que camina cerca de él: el Instituto Nacional de la Cochinita (INACOCH).
"El restaurante se fundó en 2013 y su nombre fue elegido porque estamos rodeados de institutos", explica Juan Carlos Durazo, encargado del lugar.
De lunes a sábado de 10:30 a 17:30 horas, puedes visitar el INACOCH, cuya fachada blanca con ladrillos rojos y un gran letrero con la imagen de cerdo sacando la lengua y con gorro de chef resalta en toda la avenida; no hay ningún restaurante de este tipo en la zona.
El único requisito para disfrutar por completo de las "investigaciones" que se realizan ahí es tener un gran gusto por la comida yucateca.
El menú
Al llegar al INACOCH no tienes que pasar ningún filtro de seguridad ni acreditar que eres un académico o doctor en alguna disciplina.
Las únicas dificultades que tendrás para descubrir los secretos de la cochinita es elegir el lugar para sentarte, ya sea en la barra blanca o en alguna de las mesas de la pequeña terraza y decidir qué vas a ordenar.
Algunos de los "estudios" elaborados por los expertos del INACOCH, cuyos resultados han sido exitosos, son los tacos, las tortas y los panuchos llenos de cochinita pibil.
"Los más pedidos por los clientes son el chamorro, las manitas de puerco, los tacos de cochinita y la sopa de lima", dice Juan Carlos.
A pesar de su popularidad, ninguno de estos platillos opaca al "rey de la casa": el taco INACOCH. La tortilla es bañada en jugo de lechón, lo que intensifica el sabor de la cochinita o el lechón y los frijoles con los que se rellena el taco.
El secreto de los exquisito resultados de las investigaciones del INACOCH está en el axiote que traen especialmente de Yucatán "y lo demás, es receta del chef", cuenta Durazo
Para acompañar estas delicias culinarias, los seis "investigadores" de este instituto ofrecen cervezas y aguas frescas.
Si después de horas de investigación comiendo panuchos y tortas aún te quedas con ganas de conocer más, cuentan con el servicio de la cafetería Mandrake, que inauguraron los primeros días de agosto.
Los clientes
Por su cercanía con algunos de los hospitales más importantes del Distrito Federal, a la hora de la comida, el instituto está repleto de médicos y oficinistas interesados en conocer todos los "avances" y "técnicas" de la cochinita a través del sentido del gusto.
Algunos de los platillos que ofrecen son: tortas de cochinita y lechón, que cuestan 17 pesos, sopa de lima (18 pesos) y el chamorro en pibil, que cuesta 38 pesos.
"Los precios aquí son muy decentes. La comida en esta zona es muy cara. Por ejemplo, una comida corrida no te sale en menos de 55 pesos", comenta Alfredo Rivas, quien visita frecuentemente el INACOCH.
Alfredo conoció este pequeño local en enero de este año gracias a un amigo que lo invitó a comer. Desde ese día, se enamoró de la sopa de lima y las tortas de cochinita, platillos que siempre come cuando visita el lugar.
Además del sabor y el ambiente tranquilo, Rivas, quien se dedica a la actuación, destaca la atención del personal. "Los muchachos son muy trabajadores y amables. Ofrecen un muy buen servicio", dice mientras mira a los encargados, como gesto de agradecimiento.
En los seis meses que lleva trabajando en el restaurante, Mauricio Romero ha atendido a infinidad de personas, pero hay un grupo de clientes que no olvida.
"A veces vienen unos señores que trabajan en Inbursa. Ellos siempre comen y beben mucho, piden gran cantidad de cervezas y lo que más les gusta es el postre (flan napolitano). Cuando se van, ¡casi no dejan nada!", cuenta entre risas.
Ellos no son los únicos "inolvidables" del instituto. Juan Carlos dice que hay algunos que siempre piden lo mismo; sus gustos no varían, cuando ven que se acerca la hora en la que regularmente los visitan, "ya les tenemos todo listo".
Cochinita hasta la puerta de tu casa
Los “estudios” del INACOCH no se quedan solo en la sucursal; cuentan con servicio a domicilio (sólo en los sitios cercanos al local, ya que no tienen repartidores) y, si quieres alguno de sus platillos para una fiesta o reunión, puedes pedirlo con algunos días de anticipación; el chef te dará una muestra de cómo quedará la comida antes de que tus invitados la prueben.
Para solicitar este servicio, Juan Carlos recomienda que la gente acuda al local pero si esto no es posible, ponen a la disposición del público el teléfono 67 95 64 66. Para mayor información, visita sus páginas de Facebook y Twitter.