Para desarrollar un Estado es necesario mejorar ciertas vocaciones productivas en la población, indicó Ricardo Ociel Navarrete, secretario de Desarrollo Económico de Durango.
"Una de estas vocaciones productivas sin duda alguna es en el sector energético, que va prácticamente con todo lo que son los renovables. Durango no cuenta con gas ni petróleo desafortunadamente, pero tenemos mucho sol y mucho viento".
Estas ventajas, dijo, se van a tratar de convertir en rendimientos financieros para empresas que puedan llegar a establecerse en la entidad, lo que trae consigo generación de empleos y desarrollo de otro tipo de industrias paralelas.
Actualmente, Durango continúa con la vocación económica en el ámbito minero, forestal y agrícola ganadero, pero manifestó el funcionario, ya se han potencializado otros rubros, como el automotriz y el metal mecánico que actualmente dan empleo a más de 35 mil personas.[OBJECT]
Pero la apuesta para las más novedosas industrias va y fuerte. También hay incursiones en el tema aeronáutico, de tecnologías de la información y el logístico, este último en consideración a los tendidos de nuevas carreteras desarrolladas para las plataformas globales de negocios bajo la perspectiva de puertos secos.
"Ya tenemos vocaciones en proceso de desarrollo en estos temas. En el largo plazo habrá algunas otras sobre las cuales empezaremos a trabajar sobre todo en el tema académico para que se puedan dar en el futuro cercano".
Así mismo, el mercado global trata de generar cada vez más productos con energía limpia, y esto es un plus para Durango, ya que la responsabilidad social de estas compañías alrededor del mundo tiene relación en el consumo de los llamados productos verdes.
"Durango tiene una política de ser un Estado verde no solo en el tema energético, sino en todo y nos ayuda para traer esta clase de inversiones al Estado considerando que los productos que se hagan en Durango puedan ser estampados con el sello de energía limpia y entrar a mercados a nivel mundial".
Se mantendrá el impulso al tema energético para que el Estado quede transformado en los próximos tres o cuatro años y que sea benéfico y visible para los ciudadanos.