Un bebé de escaso un año de edad murió por deshidratación severa y además presentaba desnutrición, donó sus órganos. A pesar de que médicos del Hospital General de Ciudad Valles lo pudieron revivir después de darse cuenta que presentaba un paro respiratorio cuando sus padres lo llevaron, pero lamentablemente no resistió y quedó con muerte cerebral.
Su familia aceptó que sus órganos – riñones- fueran trasplantados, por lo que con su muerte mejorará la vida de otros menores. "Llegó con un cuadro clínico muy grave, inclusive cayó en paro, lo reanimamos, lo revivimos y continuamos con vigilancia pero ya tenía muerte cerebral", dijo
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Christian Alemán Muñiz, director del nosocomio perteneciente a la Secretaría de Salud, dijo que después de ello se informó a la familia, y a través de personal del Centro Estatal de Trasplantes se le platicó de la opción de beneficiar a otros pequeños.
"Los riñones son los únicos órganos que pueden ser aprovechados en un paciente de esa edad; se llevarán a un hospital de la Ciudad de México para que sean recibidos por otros niños, el paciente pediátrico no se pueden procurar más órganos, ni de hígado o córnea", señaló, esto justo después del deceso y antes de que una aeronave llegara de la capital del país por los riñones.
La familia es originaria de la comunidad indígena San Pedro de las Anonas en Aquismón, un municipio pegado a Ciudad Valles.
ELGH