Catrinas, calaveras y ofrendas andantes tomaron hoy las calles de la Ciudad de México en el desfile de Día de Muertos, que este año dedicó un espacio a homenajear a las víctimas del terremoto del 19 de septiembre, así como a los voluntarios y brigadistas que ofrecieron su ayuda.
En un ambiente festivo, miles de participantes recorrieron cerca de cinco kilómetros, principalmente a lo largo del Paseo de la Reforma, que lució repleto de flores de cempasúchil.
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El desfile estuvo dividido en dos segmentos. El primero, La muerte viva, fue una muestra de las distintas concepciones que los mexicanos han tenido de la muerte, desde la época prehispánica hasta la actual, pasando por la Colonia y los años de la Revolución. En la segunda parte, Carnaval de calaveras, reinaron las catrinas.
[OBJECT]Llamó la atención una pareja de novios que desfiló en un carro alegórico que lucía el texto "hasta que la muerte nos separe", rodeado de globos de grandes dimensiones con forma de calavera y una trajinera que rodó acompañada por mariachis.
La música y las coreografías tomaron el papel principal. "Es bailarle a las personas que nosotros amamos; festejar a la muerte, porque a fin de cuentas vamos todos para allá", dijo Gyatzil, con una vestimenta inspirada en Jalisco.
[Adelitas y revolucionarios muy calacas | Foto: Javier Ríos]
El punto final del recorrido fue el Zócalo, donde se encuentra instalada una ofrenda monumental que incluye papel picado de colores, un árbol de la vida y figuras de calaveras, algunas de las cuales homenajean a los voluntarios del 19 de septiembre.
Es el segundo año en el que el gobierno capitalino convoca este desfile, que nació inspirado en la película Spectre, de la saga James Bond, en cuya secuencia de apertura se puede contemplar un desfile similar celebrado en pleno corazón de la ciudad.
Para algunos asistentes, esta iniciativa ha servido para conocer mejor el significado del Día de Muertos, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
¿Cómo se prepara una catrina para el desfile?
Karen portó un vestido negro y verde. Nos contó que México es "uno de los países que no adoran a la muerte, pero sí la festejan, la ven de una manera festiva, alegre", a diferencia de lo que ocurre en otros lugares del mundo, donde la muerte es sinónimo de "llorar o tristeza".
Como ella, todos los participantes del desfile tuvieron que someterse, desde horas antes, a un cuidadoso proceso de vestuario y maquillaje. Primero se les pintó la cara totalmente de negro o blanco con un aerógrafo, y a continuación pasaron con los maquilladores, quienes contaban con varios modelos para hacer la caracterización.
Los modelos podían lucir desde el más sencillo —en el que sólo se pintan los ojos y se traza la nariz y la boca— hasta el más sofisticado, que tarda alrededor de 20 minutos y consiste en realizar puntos alrededor de los ojos y otros pequeños dibujos, e incluso se puede añadir un pequeño encaje.
[Una coreografía de humor macabro | Foto: Omar Franco]
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