Un par de laguneros que se vieron en la necesidad de cerrar sus negocios ante las bajas ventas por la contingencia sanitaria por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 que provoca la enfermedad covid-19, tuvieron la idea de la elaboración de charolas higienizantes para zapatos, que pudieran colocarse a la entrada de negocios y hogares con una solución de agua y cloro.
Se trata de Uriel Jara, de oficio carpintero, así como Walter Daniel Salazar Molina, quien cuenta con un negocio de cubreasientos, mismos que aprovecharon las redes sociales para promocionar su producto que ha tenido gran aceptación en los laguneros.
Es Walter Daniel quien comparte que en pláticas relacionadas con el covid-19 con su amigo, entre ambos plantearon la posibilidad de crear un prototipo que constara en una caja de madera tipo cuadro, con una cubierta de plástico y un colchón de plástico espuma absorbente.
“Cuando crecen los casos del covid-19, además del miedo de la gente y las recomendaciones de quedarse en casa, yo tuve que cerrar. Platicando con mi amigo carpintero echamos la ‘botana’ que nos acabaríamos el agua con tanta lavada de manos y cómo hacerle para no tenernos que quitar los zapatos para entrar a la casa, de ahí salió la idea”, señaló.
Tras dibujar la caja, hacer pruebas de medidas y cortes, lograron elaborar la indicada y rápidamente replicaron las suficientes para empezar a ofrecerlas al público, a un precio de 150 pesos por pieza y con entrega a domicilio a toda la región lagunera.
Las personas que gusten comprar charolas desinfectantes de zapatos podrán hacerlo, ya sea por Whatsapp al 871 231 9770, o por mensaje vía Facebook al perfil ‘Jarsal Ed’.
“Las entregamos a domicilio y les indicamos que se le agregue la solución de agua con cloro. Es un precio accesible, estamos tratando de ayudar a los laguneros sin intentar lucrar con esto, lo hacemos porque cerramos nuestros negocios”.
Además, al pasar la contingencia, las charolas podrán utilizarse para otros fines como lo puede ser un porta macetas o como charola con arena para perros y gatos.
Es así como dos familias de hombres emprendedores que no podían quedarse en casa sin tener ingresos para solventar sus gastos, se propusieron en hacer realidad esta idea que resulta una necesidad para muchas personas que buscan tomar sus precauciones sanitarias en sus hogares o negocios.
EGO