Superada la emergencia que generó el sismo del pasado 19 de septiembre, cientos de personas que vieron desaparecer de la noche a la mañana su patrimonio ahora deberán enfrentar un largo camino para recuperar parte de lo que perdieron.
De acuerdo con el gobierno de Ciudad de México, aún existen 3 mil 410 inmuebles con riesgo incierto y 2 mil 899 presentan daño estructural, y aunque durante las próximas semanas deberán revisarse, muchos de ellos pronto terminarán como escombro.
Por ello, las aseguradoras y las autoridades prevén que durante los próximos meses comenzarán a solicitar las reclamaciones de seguros, al considerar que es necesario que los propietarios cuenten con un dictamen final para poder iniciar el trámite; sin embargo, se estima que apenas 10 por ciento de los afectados cuenta con un seguro.
Luis Reséndiz Álvarez es una de cientos de personas que tras el sismo del 19 de septiembre se enfrentó a un largo camino para hacer valer el seguro que el banco le obligó a pagar junto a la hipoteca que adquirió al momento de comprar un departamento que apenas duró seis meses en pie.
Lo que nunca imaginó fue que este seguro sólo cubría la deuda, y que, entre un coaseguro y el deducible, todavía le quedaría una deuda de 500 mil pesos; sin olvidar que perdió el enganche que dio a la constructora que le ofrecía un departamento de ensueño y antisismos.
“Lo que uno quería era que se acabara la deuda, que uno ya no tuviera que pagar mensualidades, no quiero estar pagando por algo que ya no existe; pero cuando te enteras que te cubre un monto y te aplican un deducible, ahí es donde matan a todos. Así que pensé: cuánto tiempo tendría que pagar esos 500 mil pesos, tal vez a 20 años”, dijo.
Ante esta situación, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) desarrolló una estrategia de atención especial por la emergencia con el objetivo de garantizar que estos seguros convergieran en lo que debería ser un verdadero seguro de daños y evitar que las personas perdieran aún más.
“Cuando nos empezamos a dar cuenta de esa diversidad y de esa problemática hicimos llamados a que la gente no firmara nada, viniera con nosotros para explicarle la póliza y viéramos cómo hacíamos para obtener un mejor acuerdo. Como digo yo, se junta el hambre con las ganas de comer”, dijo el presidente de la Consudef, Mario di Costanzo.
Para ello, agregó, se instaló una mesa de negociación con la Asociación Mexicana de instituciones de Seguros (AMIS) y con los bancos para atender la situación de forma excepcional, agilizando los plazos y buscando salidas para evitar que se apliquen las pólizas estrictamente a sabiendas de que ello no restituirá el verdadero valor del bien asegurado.
Luis Álvarez, director de daños de AMIS, explicó que si bien las aseguradoras tienen previsto que pueden presentarse sismos que resultan devastadores, a veces es necesario este tipo de recordatorios como el que tuvimos el 19 de septiembre para que las personas consideren la importancia de contar con una póliza que ampare su patrimonio.
Ello, agregó, considerando que Ciudad de México fue erigida sobre un lago, lo que genera que ciertas partes, al encontrarse sobre una superficie lodosa, presenten un mayor riesgo que puede colocar a una persona en una situación de perderlo todo.
“La gente conoce estos riesgos, pero piensan que nunca les va pasar a ellos y hay gente que dice mi edificio ya aguantó el (sismo) del 57, del 85 y estoy seguro; pero cada sismo es distinto y ahora lo vimos: de un día para otro pierdes todo tu patrimonio, tienes que volver a empezar desde cero y eso cuánto te tomaría”, señaló.
Luego del sismo, las aseguradoras han reportado un incremento en peticiones de contratación de sus productos; sin embargo, recordó que en el 85 se presentó el mismo fenómeno y 32 años después muchos habían dejado ya de pagar sus pólizas.
No obstante el presidente de la Condusef consideró que este sismo deja varias lecciones que aprender; para los habitantes, el asumir de mejor manera la cultura del seguro; y para las autoridades, una mejor regulación en los seguros asociados a los créditos hipotecarios.