Luego de que la criminalidad convirtiese a Ecatepec en uno de los lugares más inseguros del país como resultado de los múltiples feminicidios, secuestros, robos, violaciones y homicidios ocurridos durante los últimos años, un proyecto de arte urbano pretende cambiar la perspectiva de este municipio ubicado en el Estado de México.
Se conformó un grupo de 45 artistas nacionales y extranjeros procedentes de Japón, Australia y Estados Unidos que participaron en la realización de 50 murales. Como lienzos, utilizaron los techos y fachadas de casas y edificios de las colonias San Andrés de La Cañada y Santa Clara Coatitla para plasmar sus obras. En esta iniciativa también colaboraron jóvenes originarios de la localidad, con el objetivo de aportar un cambio positivo a su comunidad.
Tormenta y Will Mera crecieron en un barrio cercano a los espacios donde crearon tres murales. "Es como traer o sacar de las galerías las pinturas. A veces, la gente no tiene, por equis motivos, acceso a museos o galerías de arte. ¡Qué padre que lo pudiéramos dejar acá!", comentó el artista sobre el impacto que puede causar los murales.
Margarita Fragoso, en cuya azotea fue pintada una mujer en un cenote, ha sido víctima de la delincuencia desatada en la zona, pero tiene la esperanza de que este proyecto ayude a disminuir los índices de violencia que afectan a su vecindario.
"Asaltos del diario, secuestros, les quitan la vida; entonces, más que nada ojalá que esto nos ayude a que haya más seguridad, pues hay mucho vaguillo, mucho que se andan drogando", señaló Fragoso.
El artista Israel Zúñiga, quien pintó una colorida calavera gigante sobre un techo intervenido, dijo que proyectos como este han tenido éxito en países como Italia y Colombia, y que poco a poco van transformando el entorno.
"Sí levanta la zona. Empieza a venir turismo y a generar seguridad, nuevos negocios entre librerías, cafeterías y otros", expresó.
Las obras monumentales, entre las que destacan imágenes hiperrealistas, tales como rostros femeninos y seres mitológicos, fueron pintadas durante cuatro meses. Las mismas podrán ser apreciadas a lo largo del recorrido de 5 kilómetros del primer teleférico en México, que funcionará como transporte público y que está próximo a inaugurarse en Ecatepec.
Zúñiga mencionó que la intención es conectar a los habitantes de la zona con su herencia cultural y con ello ayudarles a cambiar la percepción del lugar en el que viven.
"Es una contribución positiva, no puede causar daño, pero pienso que lo más importante es que los espectadores, específicamente los de esta área, verán algo que pueda inspirarlos, algo que los conecte con el pasado y les dé un sentido de pertenencia y que estén orgullosos de vivir ahí, un lugar que no es tan malo.
Incertidumbre
"Lo veo bien, pero la verdad no sé en qué va a terminar o cuál va a ser el beneficio a largo plazo. Según nos comentaron, se va a mejorar mucho, habrá mucha gente por el teleférico, pero todo está igual, será porque todavía no empieza a funcionar", manifestó Anselmo Martínez, dueño de una de las casas de la colonia San Andrés de la Cañada en cuya fachada se pintó uno de los murales.
Mientras que para Alaide Cruz, residente de la unidad habitacional conocida como El Gallito, en cuyos edificios se realizaron algunas de las obras artísticas, resaltó que lo que hace falta son alternativas culturales para los jóvenes y los murales "no son tan relevantes".