Fundada a mediados de los 90, la Casa del Anciano del Padre Estala ha brindado hogar, comida y sustento durante 25 años a los adultos mayores que no cuentan con familia, que están en condición de calle o que han sido abandonados.
Actualmente alberga a 42 adultos mayores de los cuales 24 son hombres y 18 mujeres, quienes son atendidos por médicos, enfermeras y personal voluntario.
Andrés Astorga, administrador de la casa, manifiesta que la mayoría de ellos son canalizados por el DIF, quien hace la investigación al momento de detectar que se encuentran en una situación de alta vulnerabilidad y que requiere de ayuda, ya que algunos están en condición de calle o en extrema pobreza.
La mayoría de los adultos mayores son de bajos recursos, por lo que en la Casa del Padre Estala se les brinda estancia, vestido, comida, atención en el tema de salud, rehabilitación a través de terapias, gimnasia cerebral, entre otros servicios integrales.
Menciona que todo esto representa un gasto para la asociación, sobre todo en lo que corresponde a la nómina, ya que se paga al personal de enfermería que atiende las 24 horas, los 7 días de la semana para brindar las atenciones y cuidados que las personas requieren.
De igual manera se cuenta con personal de intendencia, dos nutriólogos y una persona que ayuda en la cocina para prepararles los alimentos adecuados.
Asegura que el mantenimiento y sustento de este lugar implica un esfuerzo muy grande, ya que los recursos se obtienen principalmente de donativos de particulares.
Una de las necesidades apremiantes y que es esencial, son los pañales de calzón, de cinta y predoblado que es el cubrecama, al igual que toallas húmedas, guantes de látex que utilizan los enfermeros, artículos de limpieza, higiene personal, alimentos no perecederos y medicamentos. Andrés Astorga, asegura que el principal gasto que se tiene es el de la nómina, ya que lo que se tiene que priorizar es la atención que se da a los adultos mayores.
“Procuramos conseguir los insumos a través de donativos, en especie y los principales gastos son la nómina y los servicios como agua, luz, teléfono, los servicios básicos”. Dijo que el apoyo de la ciudadanía es fundamental, por lo que consideró importante que se sumen a este tipo de causas que benefician a la sociedad en general.
Se reducen donativos
Uno de los lugares que por más de 60 años ha brindado apoyo a los adultos mayores en Torreón, es la Casa del Anciano Dr. Samuel Silva, en donde actualmente se atiende a 85.
En este lugar se les brinda una atención integral, alojamiento, alimentos, servicio médico, así como actividades recreativas, todas a través de voluntarios. María del Carmen Serrano Ponce de León, voluntaria desde hace 30 años, señala que debido a la difícil situación económica que se vive actualmente, se han reducido los donativos que hacían los empresarios, quienes en años anteriores han brindado un gran apoyo al asilo.
“Nos han quitado donativos porque no pueden, no porque no quieran, han apoyado mucho, también la gente, familias que daban donativos cada mes nos los han retirado por lo mismo”.
Sin embargo, los gastos siguen siendo los mismos, pues la alimentación es diaria, así como el uso de pañales, además de los pagos de servicios como agua, luz, te léfono y la nómina de los empleados dedicados al cuidado de los adultos mayores, a la limpieza de la casa, arreglo de recámaras, lavandería, cocina, entre otros.
Asegura que la mayoría de quienes se encuentran albergados no aportan, ya que la casa es de los ancianos desamparados, mientras que los que hacen alguna aportación, es porque tienen familiares que pueden pagar, pero no es suficiente.
Existe un patronato que ayuda al asilo, además de la ciudadanía, ya que de no ser así, no se podría sostener y brindar la atención que actualmente reciben los 85 adultos mayores.
Actualmente una de las situaciones que enfrenta el asilo, es la falta de algunos alimentos como frijol, arroz y pollo, que son básicos.
EGO