Unos 150 autodenominados anarquistas avanzaron hacia el Zócalo capitalino sobre la calle 5 de Mayo, a la altura de Palma, donde rompieron vidrios de comercios sin que ningún elemento de la policía hiciera acto de presencia.
Los jóvenes que tenían los rostros cubiertos rompieron los cristales de una sucursal de Bancomer y de una tienda de Aldo Conti.
Los anarquistas partieron del Monumento a la Revolución y pese a la lluvia avanzaron, cruzaron Reforma y siguieron por avenida Juárez, hasta llegar al Zócalo sin que se vislumbraran uniformados.
Los negocios por donde pasaron los embozados bajaron las cortinas de los locales para evitar saqueos o cualquier daño a su propiedad.
Los manifestantes se detuvieron un momento en el cruce de Lázaro Cárdenas y discutieron la estrategia a seguir, porque Madero estaba parcialmente cerrado.
Decidieron entrar por 5 de Mayo, donde las consignas se volvieron más radicales: "¡Muerte al Estado!, ¡Que viva la anarquía!", gritaban.
Estas frases eran impresas con stencil en paredes de edificios históricos.
A las 16:20 horas apareció un grupo de unos 50 elementos de la Policía de Investigación.
En el Zócalo, a unos 100 metros, estaba a la expectativa un grupo de agentes de la Policía de Investigación
