Luego de reconocer que un tercio de la población mundial vive con la micobacteria de la tuberculosis (Mycobacterium tuberculosis) en estado latente, el reto para los científicos hoy es mejorar la capacidad de respuesta para abordar a este grupo poblacional y evitar el desarrollo activo de la tuberculosis (TB), la enfermedad infecciosa que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), causa el mayor número de muertes en el orbe.
En víspera de la inauguración de la 47 Conferencia Mundial sobre Salud Pulmonar, que este 2016 tiene su sede en Liverpool, Reino Unido, este martes se dio a conocer un panorama actualizado de la carga global de la tuberculosis en estado latente, cuya última estimación data de 1998. De entonces a la fecha, la población mundial ha crecido en unos mil millones de personas, principalmente en zonas de alta incidencia de la enfermedad.
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La conferencia es convocada por la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Pulmonares (La Unión), asociación centenaria que impulsa la investigación, difusión y atención de la enfermedad. Una que ha acompañado al ser humano desde hace siglos.
Si bien, la tasa de casos nuevos tiende a reducirse en varios países, el estudio destaca que "el tamaño y la distribución global de la misma infección ha cambiado drásticamente". Hoy aproximadamente 1.7 billones de individuos viven con tuberculosis pulmonar en estado latente.
Cabe recordar que hace dos años, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la nueva estrategia de la OMS contra la tuberculosis para el periodo 2016-2035, que tiene por objeto reducir la incidencia mundial de la enfermedad en 90 por ciento, y lograr su eliminación en el 2050 (la cual se entiende como llegar a una incidencia de menos de un caso por millón de habitantes por año), poniendo así fin a la pandemia.
Mantener el paso y conseguir ese ambicioso objetivo exige controlar el riesgo de que la infección latente de Mycobacterium tuberculosis progrese a enfermedad activa, riesgo que se ha incrementado por las deficiencias inmunitarias de personas viviendo con VIH y otras enfermedades, el uso inadecuado de la terapia antituberculosa y la aparición y propagación de cepas farmacorresistentes y multifarmacorresistentes.
Los individuos infectados con la micobateria están en mayor riesgo de que se active la enfermedad durante los dos primeros años tras el contagio, pero la infección por la micobacteria puede permanecer en periodo latente a lo largo de su vida; aunque ciertamente 90 por ciento de los afectados nunca la va a desarrollar.
La estimación actualizada de la carga global de la tuberculosis latente incorpora los datos disponibles (incluido número de casos de TB activa) y aplica un modelo matemático que recomienda intervenciones para la prevención (vacunas) y nuevas herramientas para el diagnóstico y tratamiento del estadio latente en los países de alta prevalencia.
GPE