Por primera vez ingresar al estadio no fue fácil para los aficionados ya que cientos de personas acudieron al Nou Camp al mismo tiempo con el solo objetivo de ver a los nuevos campeones de la Liga MX: los Esmeraldas del León.
La alegría de haber ganado la sexta estrella fue suficiente para no sentir las bajas temperaturas y celebrar el nuevo triunfo.
Desde amigos hasta familias completas con bebés recién nacidos, niños, jóvenes, adultos y hasta abuelos, se concentraron e ingresaron al estadio para festejar a los campeones.
Incluso algunos integrantes de las porras que no pudieron acudir al Estadio Azteca a apoyar a los Panzas Verdes se dieron cita para celebrar.
Los elementos de la Policía Municipal fueron insuficientes para registrar a los cientos de aficionados que ingresaron sin ningún control al Nou Camp; en cualquier parte del estadio lo mismo daba continuar el festejo con cerveza, tequila y hasta con ‘churros’ de mariguana.
Desde las 8:00 de la noche un solo grito cimbró la ciudad, por todos los rincones se escuchaban las porras de: “¡León!”, “¡León!”, “¡León!”.
Adentro del estadio la euforia no cesó en ningún momento, la tradicional ola ambientó el momento de espera de la llegada de los jugadores del equipo León.
Alrededor de la medianoche, el estadio se encontraba al 80 por ciento de su capacidad y cientos de aficionados continuaron con el festejo afuera del estadio y en zonas aledañas.
Durante los festejos adentro del estadio, la afición cantó Caminos de Guanajuato de José Alfredo Jiménez al mismo tiempo que ondeaban las banderas.
Además cada uno de los jugadores fue nombrado en el sonido del Estadio, lo que provocó su ovación.
El director técnico, Gustavo Matosas fue el personaje más aplaudido.