En Ibiza apenas se escuchan los beats, la fiesta inicia y el movimiento que adoptan los cuerpos es fiel reflejo del ambiente que generan los dj, quienes con su presencia dan aviso de que con la llegada del verano ha comenzado su temporada en la capital de la música electrónica, la cual se extenderá hasta octubre.
Las sedes donde los músicos comparten su sensibilidad, como el exclusivo El Pacha, han abierto sus puertas a la diversión; la medianoche marca el punto de inicio de las historias que se desarrollan y culminan cuando el sol cobra presencia.
Ahí dentro del antro, donde se vive completa libertad, donde cada quien lleva el ritmo como le nace, ya sea con un contoneo de caderas o un sutil desplazamiento de brazos, o bien, proyectar mayor energía al mover desde la cabeza hasta los pies emulando los altibajos de los pinchazos que dan los músicos.
Aunque en realidad, “llevar el ritmo” con precisión es lo que menos importa, porque entre esa marea humana que ocupa la pista y que comparte con el dj sus emociones ni siquiera se puede percibir quién es el mejor en cuestión de baile. Y tampoco importa; ahí el objetivo es otro, la diversión.
Solomun, dj originario de Bosnia, que ha hecho suyos los domingos en El Pacha lo sabe, por eso apenas toma su lugar frente a las tornamesas y demuestra por qué la euforia que tiene frente a sus ojos, por qué esa reacción que provoca entre jóvenes, adultos y uno que otro mayor que disfruta por igual el ambiente.
Experiencia que no se limita a una sede, pues va más allá y se vive hasta en altamar, como sucedió en la fiesta de Heineken a propósito de la final de la Champions League, donde la sonoridad de las olas hizo amalgama con los beats y por unas horas rompió con la naturalidad del ambiente marino.
Escena tan sui géneris como sus cerca de 400 protagonistas, orientales, africanos, estadunidenses y latinos, que sin distinción apenas escucharon el sonido que generó la dj Jennifer Cooke se olvidaron del bamboleo del barco y se integraron al gran festejo.
A unos seis kilómetros se alcanzaba a ver la ciudad y apenas a un metro la gama de azules, que gracias al efecto solar por momentos se transformaba en un inmenso espejo, del cual emergió un hombre que haciendo gala de su destreza primero, ofreció su show, marometas en el aire y en el mar, apoyado en una inmensa manguera que lo movía gracias a su propulsión a chorro.
Después, el mecanismo sirvió de escenario para la saxofoninsta, Anastasia, quien mezcló su ejecución con los beats de Cooker y con las suertes que un grupo de jet sky hacía alrededor del barco, mientras los invitados, clientes, ejecutivos y prensa disfrutaban de la experiencia electrónica a nivel del mar, justo cuando el reloj rebasaba el mediodía.
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TEMPORADA DE FESTEJO
El periodo de fiesta va de junio a octubre, tiempo en el que la celebración de eventos es cuestión natural en la isla, como la experiencia Heineken que se ofreció a propósito de la final de la Champions League, tanto en El Pacha, como en altamar.
El Pacha y Amnesia son dos de los principales antros de la ciudad, donde poco más de 2 mil personas de todas partes del mundo llegan para vivir la experiencia electrónica.