Según organizadores la asistencia al primer día de actividades en el Vive Latino fue de 80 mil; Enrique Bunbury fue el primer artista de toda la jornada que, si no reunió a todas las almas del lugar, sin dudarlo al menos al 80 por ciento.
El español salió al escenario minutos antes de las 22:00 horas y su silueta en las pantallas conmocionó a los presentes como si estuvieran presenciado un milagro o una divinidad.
Sonaba "El club de los imposibles" y los gritos en el lugar se escucharon al unísono, seguidos de piropos al cantante que pronto se despojó de su chaqueta y dejó al descubierto sus brazos tatuados.
"¡Wow!, muchas gracias. Es u inmenso placer estar de nuevo en el Vive Latino, en el Distrito Federal. Venimos a tocar algo de estos 30 años de mutaciones, queremos hacer un repaso rápido por estos años escribiendo canciones.
"Esperemos que el repertorio que hemos seleccionado para ustedes sea de su agrado", dijo el intérprete para complacer con "Porque las cosas cambian", "El camino del exceso" y "Avalancha".
Su presentación había sobrepasado los 60 minutos pero la emoción era tanta que Enrique se quedó para una más. Cuando se disponían a arrancar con "La chispa adecuada" un problema técnico cayó a la guitarra y tras unos segundos de espera para arreglar el problema el público obtuvo lo prometido.