El intérprete fue abandonado por sus fanáticos durante el debut que tuvo con La Esfinge en El Plaza Condesa.
Castro, con un casco de picos, hombreras con luces y una guitarra en sus manos, no llenó ni la mitad del Plaza Condesa, pues la parte de arriba lució totalmente vacía y solo se ocuparon alrededor de 30 mesas, para cuatro personas en el centro de la pista.
Asimismo, en el espacio que se tuvo hasta adelante se encontraron unas cien personas, que intermitentemente tomaban fotografías o video de la presentación, que tuvo mayoritariamente un repertorio rockero.
No obstante, esto no mermó el ánimo de Castro, quien constantemente agradecía el apoyo de los presentes y ejecutaba temas como "El purgatorio" y "Fantasmas"; también le hizo un homenaje a Rita Guerrero.
Algunos fanáticos pedían que cantara "Azul", pero esto no fue concedido; otros se salieron después de algunas canciones.