Los miembros del Congreso de Estados Unidos (EU), irritados, le dijeron al presidente estadounidense que abusó del Poder Ejecutivo al invocar una emergencia nacional sobre México y exigieron un replanteamiento antes de que fuera demasiado tarde. Esto fue en Washington, pero no la semana pasada, sino en enero de 1995.
Lo que en ese entonces molestó al Capitolio fue la decisión de Bill Clinton de saltarse a la dura oposición del Congreso y prestar a México 20,000 millones de dólares (mdd) para ayudar a sacar a su economía de la crisis.
El rescate financiero que encabezó EU fue parte de un esfuerzo diplomático bipartidista que abarcó casi tres décadas, el cual comenzó con la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El objetivo era superar más de un siglo de desconfianza y acercar a México a su gran vecino del norte como un aliado confiable y próspero.
La política produjo resultados. Para 2018, México era el tercer socio comercial más grande de EU, justo detrás de Canadá, con 678,000 mdd de negocios entre las dos naciones. Las empresas de la Unión Americana ya han invertido 110,000 mdd en el país latinoamericano, alrededor de 1.5 millones de estadounidenses viven allí y más de 11 millones de inmigrantes mexicanos llaman a EU su hogar.
La repentina e inesperada amenaza de Donald Trump del 30 de mayo en un tuit para imponer aranceles punitivos a todas las exportaciones mexicanas en un plazo de 11 días, marcó un cambio drástico en esa política de acercamiento.
El Dato.110,000 mdd
han invertido las empresas de EU en México
El mandatario dio marcha atrás en menos de tres días antes de que se impusieran los aranceles, y dijo que México acordó aplicar medidas firmes para frenar la migración. Al día siguiente, tuiteó: “¡Todos están muy entusiasmados por el nuevo acuerdo con México!”.
Sin embargo, expertos en la relación entre ambos países advirtieron que el daño que causó la amenaza de Trump probablemente tardaría más en sanar. Una de las principales víctimas fue la confianza empresarial en ambos lados de la frontera, ya que las compañías vieron que el comercio permanente libre de aranceles —sobre el cual algunas desarrollaron cadenas de suministro completas— está sujeto al capricho presidencial de EU.
“Violó todas las normas al aplicar presión y amenazar a México de esta manera”, dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue (Diálogo Interamericano). “Ignoró por completo lo que México ya está haciendo en materia de migración a un costo político”.
Arturo Sarukhán, exembajador de México en EU, dijo que la amenaza del presidente estadounidense provocó la crisis más grave en las relaciones entre ambas naciones desde mediados de la década de 1980, cuando Washington cerró la frontera después de que los narcotraficantes mexicanos secuestraron, torturaron y asesinaron al agente antinarcóticos Enrique Camarena.
“En una relación tan compleja como esta, no contaminas un tema, como la migración, con otro, como el comercio. Uno de los principios fundamentales es que no creas estos vínculos que contaminan la agenda en su conjunto”, dijo Sarukhán. “Trump no buscaba un acuerdo, sino un trofeo”, añadió el exembajador.
Una gran preocupación es que la amenaza de aranceles volverá si la acción de México contra los migrantes de Centroamérica que cruzan su territorio hacia EU resulta inadecuada.
Una sección de la declaración conjunta de ambos países se tituló “Acción adicional” e indicó que “ambas partes están de acuerdo en que, si las medidas adoptadas no tienen los resultados esperados, se tomarán nuevas acciones”.
México se comprometió a intensificar la aplicación de las leyes de migración a lo largo de su frontera sur de 871 kilómetros con Guatemala, la cual es muy porosa, utilizando a la Guardia Nacional, que aún está en etapa de contratación. Pero los expertos dicen que es muy poco probable que el aumento récord en la migración de familias de Centroamérica hacia el norte se detenga lo suficientemente rápido como para satisfacer a Trump.
Otro riesgo es que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, se enfrente a la presión de nacionalistas enojados que creen que cedió fácilmente a las demandas de EU. “La soberanía y la dignidad de México fueron dañadas”, tuiteó el jefe del principal partido conservador de la oposición, Marko Cortés, luego de que surgieron los detalles del acuerdo.
“México necesita a EU, pero EU no necesita a México, ¿qué dice?”, preguntó un periodista a AMLO en una conferencia de prensa el viernes antepasado. El mandatario mexicano respondió solo con una sonrisa y levantó ambas manos haciendo signos de paz, y agregó: “Soy dueño de mi silencio”.