El costo para abrir las instituciones de educación pública en la entidad a los más de 15 mil aspirantes que resultaron rechazados este año en el nivel superior, superaría los mil 320 millones de pesos en Puebla.
De acuerdo con análisis de la Asociación de Universidades e Instituciones de Educación Media Superior y Superior (Auiemss), cada estudiante de nivel universitario de escuelas públicas en la entidad representa una inversión promedio de entre 70 y 88 mil pesos por año.
Actualmente, el proyecto del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), contempla que la educación superior llegue a las zonas más alejadas y marginadas del país, con la finalidad de que todos puedan acceder al derecho a una educación a nivel profesional.
El problema en la entidad poblana, según datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, es que de cada 10 jóvenes en edad de estudiar alguna carrera, cuatro lo hacen en alguna institución de educación superior ya sea de carácter pública o privada; sin embargo, los seis restantes se incorporan al mercado laboral, se ocupan de manera informal o no trabajan ni estudian.
Para el presidente de la Auiems, Gustavo Santín Nieto, el reto no es solo dar educación a los 15 mil estudiantes que quedaron rechazados, sino lograr que los seis de cada 10 jóvenes que no continúan sus estudios regresen a las aulas.
“Nuestros pleito no es por lo que asisten a la escuela o quieren asistir, sino por los que no asisten a la escuela. La apuesta no es la que plantea López Obrador, que vayan a la escuela los más de 200 mil estudiantes que son rechazados en el país o los 15 mil que no entran a la universidad. La apuesta es la otra. De cada 10 jóvenes que deberían asistir a escuelas de educación superior, solo asisten tres; y en Puebla es cuatro de cada 10. El reto no es por lo que ya están, sino por los que realmente deberían incorporarse”, apuntó.
Santín Nieto resaltó que Puebla se ubica en un nivel bajo de estudiantes rechazados, porque de 40 mil aspirantes, 15 mil no pueden continuar sus estudios y uno de los factores son las políticas de crecimiento y mejor aprovechamiento de la infraestructura de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) y de otro tipo de sistemas, como las universidades tecnológicas y los institutos tecnológicos.
“La cobertura educativa que se tiene en la entidad es superior a la del resto del país. A nivel nacional, 30 por ciento de los jóvenes asisten a la universidad mientras que en Puebla, cuatro de cada seis acude a instituciones de educación superior. Por su cobertura, Puebla se encuentra en los primeros lugares. Por el número de instituciones de educación superior, la entidad poblana es tercer lugar por detrás de la Ciudad de México y el Estado de México”, comentó.
En entrevista para Notivox Puebla, Santín Nieto explicó que del total de estudiantes en educación superior, la mayoría continúa sus estudios en instituciones públicas, 12 por ciento en planteles de los llamados de bajo costo y otra parte en universidades privadas de gran costo.
Existe un déficit de maestros
El problema de abrir las instituciones a todos los aspirantes no solo se centra en infraestructura, sino a la falta de maestros, ya que la entidad enfrenta un déficit que se requiere cubrir.
Gustavo Santín Nieto, presidente de la Auiems, organismo que cuenta con más de 40 instituciones de educación superior de carácter privado, resaltó que en la entidad existe una “piratería de maestros” porque los mismos docentes van de una escuela a otra para dar clases.
“Con una mejor administración y utilizando diferentes tipos de espacios, se puede aumentar la matrícula y se puede dar cabida a quienes lo solicitan. El asunto tiene que ver con la planta docente.
Tienen realmente que invertir pero la política de contratación de los docentes hora clase va a la baja. Se tendría que incrementar la planta en la medida en que aumente el número de estudiantes para crear condiciones de calidad. Si ya se requieren docentes, se requerirá contratar a mucho más personal”, apuntó.
Uno de los temas por atender con el proyecto del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, será la capacitación de los docentes porque para impartir clases en universidades, se requiere experiencia y, al menos, el grado de maestro.
La necesidad de maestros provoca que un mismo profesor por las mañanas esté en una universidad pública; mientras que por las tardes, sigue con clases en universidades privadas, situación que se traduce en una sobrecarga.
“Hay una sobreexplotación de la fuerza de trabajo en las universidades públicas y privadas. Tenemos a maestros que están sujetos a cumplir con indicadores de productividad y a una capacitación. Tenemos a docentes que están con cargas de 26 horas y grupos de más de 40 estudiantes, lo cual, hace que la carga de trabajo sea pasada”, detalló.
Inversión por universitario asciende a $88 mil
En la entidad poblana, el gasto promedio anual por un estudiante en una universidad pública es de 88 mil pesos, cifra que está por arriba del promedio nacional. Conforme al presupuesto de egresos 2018, el gasto promedio por estudiante inscrito a nivel nacional representa 70 mil 500 pesos, mientras que en el caso de la entidad poblana es 17 mil 500 pesos mayor.
De acuerdo con el informe de Aregional, el sistema de educación pública superior atiende a poco más de 2.8 millones de estudiantes en el país, cifra que representa el 68.5 por ciento del total de alumnos inscritos en universidades.
Mientras, las 34 universidades públicas autónomas atienden a casi el 40 por ciento de los matriculados del sistema público.
De acuerdo con los presupuestos públicos de cada uno de los estados, Yucatán es el estado con mayor gasto por alumno, el cual representa 168 mil 300 pesos, seguido de Colima, con 140 mil 300; y Guanajuato con 115 mil 600 pesos.
En el listado también aparecen: Durango y Quinta Roo, con un gasto de 106 mil y 102 mil respectivamente, mientras que Jalisco gasta 99 mil 800 por cada estudiante inscrito en universidades públicas.
En Nayarit, cada alumno representa un 98 mil 700 pesos, seguido por el Estado de México, con 96 mil 900 pesos; y Puebla, con 88 mil pesos.
Actualmente, la entidad poblana tiene una menor proporción de alumnos de educación superior atendida por el sistema público, de 57.8 por ciento, debajo del promedio nacional que fue de 68.5 por ciento al cierre de 2017.
Entre las entidades con menor gasto por alumno destacan: Baja California, Hidalgo, Campeche y Coahuila, el cual oscila entre los 21 mil 300 a 35 mil pesos.
Los costos en universidades privadas
En la entidad el costo para estudiar la educación superior en una institución pública como la Universidad Autónoma de Puebla (UAP) es reducido en comparación con una institución privada: 750 pesos el examen de admisión, 800 pesos la cuota de inscripción, más una cuota especial para la unidad académica.
Los llamados planteles de bajo costo con algún tipo de certificación ofrecen colegiaturas de entre mil 200 pesos y tres mil pesos mensuales, es decir, unos 40 mil pesos por toda la carrera.
En el caso de las instituciones privadas de alto costo, las colegiaturas superan el millón de pesos, como en la Universidad de las Américas Puebla (Udlap) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm).
Por último, el presidente de la Auimes explicó que la idea del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, es positiva, sin embargo, implica retos en diferentes áreas, desde docentes, de infraestructura y de los propios estudiantes, situación que se traduce en la necesidad de buscar las mejores alternativas que beneficien a todos los actores.
ARP